Un terreno boscoso, liso y embarrado puso a prueba las habilidades y resistencia de los pilotos que hicieron parte de la segunda válida del Nacional de enduro que se cumplió en la pista Bosi de Caldas.
El fuerte invierno que, por estos días azota varias regiones del país, entre ellas el sur del Valle de Aburrá, puso difícil la pista, incluso con trayectos de riesgo, especialmente en subidas o descensos.
“Era como un piso lleno de jabón”, apuntó Santiago Isaza, piloto quindiano quien enfrentó el terreno lleno de obstáculos naturales como arroyos, troncos, colinas, barro y rocas durante la competencia.
“La moto resbalaba y entonces tocaba hacer un doble esfuerzo para pasar estos obstáculos. Fue toda una odisea poder terminar”, manifestó Isaza, ganador en la categoría enduro 2 (máquinas entre 250 y 450 cc), después de dos horas de carrera y lograr el menor tiempo.
Santiago lleva 15 años en esta especialidad, tras empezar a los 10, siguiendo los pasos de su padre Carlos Arturo, quien ha sido un amante de las trochas y de retar la naturaleza por los empinados campos del Quindío.
“Lo mejor del deporte es salir a trochar con los amigos, vivir experiencias diferentes, porque no se sabe el camino que se encuentra. El terreno da muchas sorpresas. En los campeonatos hay una pista preestablecida, pero igual, el recorrido no se conoce y eso lo vuelve más interesante y emocionante”.
El piloto, nacido en Armenia, y quien terminó Administración de Empresas en Eafit (Medellín), corrió este año las dos válidas, la primera en Cundinamarca. En ambas fue el ganador. “No ha sido fácil terminar de primero, especialmente en esta carrera de Caldas, con una pista muy complicada, también por la gran calidad de los rivales. Hay unos muy buenos como César Correa, Daniel Palacios y Juan David Olaya, que en la pista son de respeto y aquí me la pusieron más difícil que en la primera prueba celebrada en Cundinamarca” .