Nicolás Hernández es el único sobreviviente colombiano en el equipo Red Bull Rookies de motociclismo para el próximo año. Vive en España, la tierra donde nacieron grandes campeones como Marc Márquez y Jorge Lorenzo, a quienes les quiere seguir sus pasos.
“Estoy en el rango perfecto de edad para aspirar a ser un piloto de élite, de primera categoría a nivel mundial”, dice quien el pasado 7 de diciembre cumplió 16 años.
Siguiendo a sus padres, se radicó hace cinco años en Madrid y de inmediato se metió a los campeonatos locales, comenzando desde la categoría minimoto.
Ha sido tanto su progreso que el año pasado fue escogido entre los 10 mejores deportistas de Red Bull Rookies, después de una convocatoria en la cual estuvieron, en principio, 4.000 participantes. Primero pasó un filtro en el que quedaron 120 pilotos y luego, 10.
“No es fácil llegar, mucho menos en un país donde se nace con una moto al lado. Por fortuna ya hice mi año de aprendizaje y ahora (en 2019) voy por los puestos que me asciendan a otras categorías y eso me obliga a estar en el top-5”.
Para este joven, nacido en Envigado, el año pasado fue todo nuevo, comenzando por los circuitos en los que compitió. “El campeonato se corre a la par del Mundial de motociclismo, nos presentamos en los mismos circuitos, después de que termina moto 3, moto 2 y motoGP. Al principio me costó acoplarme, pero en las últimas válidas ya me sentía muy bien y nunca salí del top-10. Tuve muchas caídas y eso no me ayudó para la clasificación final. Pero mi rendimiento ha gustado tanto que haré la segunda temporada en el Red Bull”.
Según Hernández, su proyecto es estar otro año en la categoría rookies y luego dar el paso al Mundial en la división de moto 3.
“Hacer motociclismo mundial es duro, pero estamos dando unos pasos seguros y escalando poco a poco, como debe ser. Sé que para estar en la gran carpa (motoGP) hay que ganar primero algo. Esa es la realidad”.
Y para llegar a la cúspide entiende que debe tener una entrega del 100 % y eso lo obliga a entrenar todos los días en la moto y hacer trabajo físico. Para esta última labor tiene un entrenador personal.
“Mi meta es ser el número uno, como lo es mi ídolo Marc Márquez, con quien hablo cada que puedo, porque tengo la fortuna de tenerlo muy cerca, casi cada ocho días. Sé que para lograrlo la exigencia debe ser máxima y en eso estamos, dándole y dándole, para que Colombia algún día tenga un campeón en cualquiera de las categorías del Mundial”.
Nicolás tiene algo muy claro: “En motociclismo hay que tener talento y máxima concentración, y yo tengo esas cualidades para saber que puedo triunfar”.