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El césped ha crecido tanto que las flores empiezan a invadir uno de los carriles de la pista azul de la Liga de Atletismo de Antioquia.
El lugar luce imponente como los demás que hacen parte de las unidades deportivas Atanasio Girardot y de Belén, pero les falta vida, gente.
Un vigilante y un gestor de cada escenario del Inder Medellín son sus huéspedes, mientras afuera, con deseo, ilusión e incertidumbre, deportistas, entrenadores y personal administrativo aguardan el momento para retornar a esos espacios que, en sí, son como su segunda casa. Pero aún el tiempo para que los habiliten es incierto.
Desde el 7 de marzo y hasta la fecha, primero por el problema ambiental de la ciudad en esa época, y una semana después por el aislamiento preventivo generado por el coronavirus, los templos donde se forman los talentos del departamento fueron cerrados.
La aprobación y cumplimiento de los protocolos de bioseguridad que el Gobierno Nacional estableció, presentados a través de las diferentes federaciones deportivas, será el siguiente paso a seguir para el reintegro a prácticas.
La pregunta es, ¿se cuenta con las exigencias para el esperado retorno? En los escenarios a los que EL COLOMBIANO tuvo acceso ayer, gracias al permiso del Inder, hay contrastes. En atletismo, y como precaución para evitar el contagio de la covid-19, solo en la entrada hay un dispensador con antibacterial.
En la Torre del Ajedrez esto ni se ve, solo se observan las mesas encaramadas unas sobre otras. En tenis de campo el recibimiento es con gel y desinfectante (hipoclorito). Además, se habilitó un baño para el lavado de manos y la señalización apenas la están terminando; en el piso hay huellas pintadas para el distanciamiento.
En tiro con arco, en Belén, hay tanque para fumigar, tapetes de desinfección de zapatos, demarcación y dispensadores.
“Como liga de tenis estamos casi listos para reanudar debido a que ya acogimos el protocolo desde la Federación, el cual incluye el registro de los tenistas que van ingresar. De hecho, ellos, que oscilan entre los 18 y 69 años, deben estar en la base de datos de la Federación, con un consentimiento informado de que van a jugar por su propia voluntad”, dice Héctor Monroy, director ejecutivo de la entidad.
“Tenemos el medidor de temperatura y haremos un desarrollo tecnológico para que, vía celular, logremos el registro cuando la persona ingrese, saber su temperatura y la cancha”.
Juan José Moreno, administrador de la unidad deportiva Atanasio Girardot, explica que están garantizando los mínimos de seguridad para cuando comience la oferta, “ubicando dispensadores de jabón, antibacterial, papel higiénico, y sanitarios y lavamanos en buen estado”.
Aclara que aunque ligas como tenis y arco llevan buen avance en el proceso, ninguna puede empezar actividades.
Cada federación, liga o club deben tener un protocolo de bioseguridad e implementarlo, pero antes hay que presentarlo ante la Alcaldía de Medellín. El Inder verifica el cumplimiento.
Otro tema que preocupa son los test de PCR, pruebas a las que se someten los deportistas para descartar un positivo por covid-19 antes de volver a entrenamientos. Estas tienen un valor entre 240 y 280 mil pesos.
Además deben hacerse muestras de sangre cada 14 días, que cuestan unos 60 mil pesos. Ese costo, en principio, lo debe asumir cada liga, aunque Indeportes expresó que se adelantan gestiones para contar con el dinero y con epidemiólogos de la U. de A. para apoyar.
“Ojalá, ya que las ligas están quebradas. Al paso que vamos no se van a retomar entrenamientos ni en julio. Aunque es difícil, yo les digo a mis alumnos que aguanten”, dice el técnico de atletismo Libardo Hoyos en medio de un panorama incierto.