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La CCI construyó un referente de ciudad
La nueva sede de la Cámara Colombiana de la Infraestructura Seccional Antioquia, en Manila, es un edificio que conversa con la ciudad, amigable con el medio ambiente y los peatones.
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Iluminación natural, uso de las corrientes de aire para reducir el uso de aire acondicionado y reuso de aguas lluvias, sus fortalezas. -
El lobby es amplio y acogedor. -
Con amplios ventanales permiten aprovechar la luz natural. -
Las oficinas son amplias. La más pequeña es de 100 metros cuadrados. -
Las terrazas son un espacio para el descanso de quienes trabajan en el edificio. -
El bulevar es un espacio amable que conecta el edificio con la ciudad
18 de octubre de 2016
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La unión hace la infraestructura. Lo saben los afiliados de la CCI Seccional Antioquia. Ese es su lema, bajo ese principio actúan, y con esa directriz acometieron la construcción de su nueva sede, en Manila.
Son 19 pisos, 5 sótanos para 650 parqueaderos, 117 oficinas y 7 locales comerciales. Una edificación que ya es un referente para la arquitectura de la ciudad.
“Las obras empezaron en junio de 2013. Se tardaron dos años en la construcción, pero la intención de erigir este edificio empezó en agosto de 2011, cuando 47 empresas de la Cámara se juntaron para edificar una nueva sede para el gremio”, explica el director ejecutivo de la CCI José Fernando Villegas Hortal.
“Buscábamos una solución para las necesidades del gremio, un lugar que fuera de fácil acceso para nuestros afiliados y visitantes. Este lugar está cerca de las estaciones Industriales y El Poblado, la avenida Regional y la avenida El Poblado. Incluso es fácil llegar a la avenida Las Palmas. Buscamos una buena ubicación y la encontramos. Estamos en una zona muy céntrica de la ciudad, pero sin las complicaciones de la movilidad que viven otros sectores”, agrega Villegas Hortal.
Por fuera
Tras la construcción de este edificio estuvieron firmas de alto reconocimiento. La gerencia del proyecto estuvo en manos de Ingeniería Inmobiliaria. Por medio de esta se contrataron los diseños arquitectónicos, que realizó un consorcio entre las empresas Convel y AIA.
La interventoría estuvo en cabeza de Ingeniería Estructural, que es también afiliado a la Cámara. Los estudios de suelos los hizo Jaime Eduardo Hincapié, la firma calculista fue Respuestas Estructurales, la promoción y ventas estuvo a cargo de Patrimonio Inmobiliario y la CCI y, finalmente, la construcción la realizó un consorcio entre CNV, de Medellín, y Sainc, de Cali. “Fue un equipo de primer nivel, que nos dejó muy tranquilos”, señala el director ejecutivo de la Cámara.
El resultado son estos 40.693 m2 construidos en un lote de 5.500 m2, un espacio que conversa con la ciudad, pues su intención, desde los primeros planos, fue construir un edificio responsable con Medellín, que conversara con la ciudadanía y la incluyera. Ahí está, a la vista, el resultado de ese esfuerzo y de esa intención.
Se decidió, por ejemplo, no construir parqueaderos de conveniencia, sino hacerlos en sótano, para poder construir un bulevar, parte del paisajismo que acompaña la obra. “Tuvimos en cuenta al peatón. Se entregó un jardín de 3.000 metros cuadrados, diseñado para el disfrute visual”.
Además, la construcción, pese a la magnitud de la obra, fue respetuosa con los vecinos, los alrededores y con el medio ambiente. Un beneficio adicional: esta obra valorizó el sector.
Y por dentro
Quien transite por la carrera 43B lo verá de inmediato: blanco, grande, distinto. En realidad, un referente de ciudad. Pero quien entre notará por qué se trata de un edificio diferente. El lobby, por ejemplo, asombra. Es amplio, con una vista libre de cinco pisos, que permite apreciar la magnitud de la obra.
Los ascensores son otra de sus fortalezas. “El éxito de un edificio de oficinas radica, también, en un buen transporte vertical; estudiamos mucho el asunto antes de tomar la decisión de cuáles y cuántos ascensores tener. En total son diez elevadores amigables con el usuario, de última tecnología y ahorradores de energía.
Los espacios internos también son generosos, con oficinas amplias (la más pequeña tiene 100 metros cuadrados), con grandes ventanales que permiten aprovechar al máximo la luz natural. Y en las noches, acorde a su idea de ser ambientalmente sostenible, utiliza iluminación led.
Quizá uno de los aspectos más destacables de la parte interna de esta edificación son sus espaciosas terrazas. “Las hicimos para sacar provecho de nuestro propio clima, de nuestras fortalezas por estar en el trópico, donde tenemos un clima maravilloso todo el año. Están ahí para que la gente de las oficinas tengan un espacio para ellos, para su disfrute, descanso o zona de almuerzo”, expone el directivo.
Y es que durante el desarrollo de este proyecto se pensó en todos: en quienes lo ven desde sus vehículos cuando transitan por allí, en quienes caminan por el sector y en quienes tienen su sitio de trabajo en este nuevo referente de ciudad.
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