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¿Le importa mucho saber su talla?, es mejor conocer su cuerpo

Si no hay posibilidad de medirse la ropa se hace urgente que cada persona se conecte con su físico. No hay estándares. Algunos consejos.

  • No hay un cuerpo igual a otro ni una talla o medida perfecta, según los entrevistados. FOTO Sstock
    No hay un cuerpo igual a otro ni una talla o medida perfecta, según los entrevistados. FOTO Sstock
16 de septiembre de 2020
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La escena la ha contado o se la ha escuchado a algún amigo. Pasó del susto a la incredulidad y a la angustia cuando se midió alguna vez un pantalón en una tienda y le sirvió una talla más grande a la habitual. Quizá pensó que se había engordado, dejó esa prenda a un lado y salió del almacén.

Lo que no sabe es que a lo mejor no fue usted sino el tallaje de esa marca, porque en general y como confirma Juan Fernando Loaiza, especialista en Investigación económica de Inexmoda, “en el tema de tallas no las tenemos unificadas en la industria, en el país”, y agrega Nayibe Fager Fernández, instructora del Centro de Manufactura en Textil y Cuero del Sena que además “hay un desconocimiento del cuerpo, de dónde salen las tallas y del tipo de prenda que le queda bien”.

Ese punto, el de conocer el cuerpo, es hoy casi una necesidad para cada usuario dada la imposibilidad de medirse ropa en probadores por la covid-19 y a que se ha incrementado el comercio electrónico o la venta por catálogo. El dato es de Loaiza: durante la pandemia, en Colombia se cayeron las ventas tradicionales de moda en alrededor de un 45 % y las ventas digitales representaron un 70 %, gran parte de lo que se vendió fue por canales digitales.

Antes de usar el metro

Las medidas básicas, las que usted debe saber de su cuerpo son el contorno de busto que determina la talla de la prenda superior y el contorno de cadera para la prenda inferior. “Y ahí no hay nada perfecto ni absoluto”, cuenta la profesora del Sena.

Esa idea la refuerza la diseñadora antioqueña Isabel Henao, quien asegura que estandarizar el cuerpo, sobre todo de las mujeres, es muy complicado. “En mi taller hemos medido cientos de cuerpos de mujeres y hay unas que tienen una talla en el busto, otra diferente en cadera y hasta otra en la cintura. En definitiva, es imposible que dos cuerpos femeninos sean iguales y entren exactamente en el mismo molde de una talla”.

Su apreciación la avala una investigación de 2018 hecha por el Sena y su grupo de investigación Innmoda-Cmtc del Centro De Manufactura Textil y Cuero, en asocio con el Centro de estudios de Ergonomía del Departamento de Ingeniería Industrial de la Pontificia Universidad Javeriana: “En las que se generaron unas siluetas específicas de hombres y mujeres y en la que surgió que en Colombia se podrían hablar de siluetas diferentes para cada género (siete para mujeres y cinco para hombres), cada una con un cuadro de tallas diferentes”.

Imagine, siete distintas formas de cuerpos para mujeres y cinco para hombres y que en el mercado se encuentren, como mínimo, ropa con solo tres letras, S, M y L. “Y normalmente cuando pensamos en tallas solamente lo hacemos mirando anchos, pero también están los largos y ahí todo es más complejo, pero hermoso a la vez, porque la belleza justamente radica en eso, en las diferencias”, argumenta Henao.

La instructora Fager Fernández señala que cada marca, y de acuerdo a sus clientes, arma sus tallas (usando las medidas que hay en las normas del Icontec), “en ocasiones con prueba y error, hasta conocer a su cliente y ajustar las medidas de las prendas”.

Sabiendo esto, recomienda la diseñadora antioqueña que cada persona debe tomarse una pausa antes de buscar entrar en una talla, porque no hay dimensiones absolutas y quizá usted en una marca sea M y en otra L y por eso es tan importante el autoconocimiento. “Tomarse medidas, no para martirizarse tratando de entrar en un estándar que es completamente falso, ese 90-60-90 que nos repitieron a las mujeres por tanto tiempo como medidas perfectas, por ejemplo, sino para entender cuáles son las proporciones del cuerpo y saber qué nos funciona y qué no, eso es todo un proceso”.

Otro concepto que suma según la profesora del Sena es el lugar en el que se encuentre. “El cuerpo cambia de región a región porque se ve influenciado por las condiciones atmosféricas. A muchas personas que viven en la Costa y se trasladan a Bogotá les cambia su silueta porque tienen que hacer mayor fuerza toráxica para respirar”. Un punto más a añadir a la hora de conocerse.

A pararse ante el espejo

Juliana Peláez, investigadora, asesora en tendencias y consumidora y creadora de los talleres @amorcuerpoymoda para sanar el alma desde el cuerpo y el vestir, profundiza en esta acción que para muchas personas es bien difícil, “porque siempre estamos con la mirada del referente de afuera, de esa modelo, y hay una desconexión con nuestro cuerpo al vernos al espejo”.

Entonces la primera recomendación es tratar de cambiar esa relación con el físico que viene desde la crítica, “desde la supervisión, desde las exigencias de que no cumplo con los estándares e ideales. Hay que agradecerle al cuerpo por lo que nos permite todos los días, es identificar y aceptar que tengo unas caderas grandes, sí, las tengo grandes y son mis caderas perfectas. En la medida en que el discurso cambie, seremos capaces de asumir el proceso de aceptación y amor propio”.

Y tampoco es un tema de aceptación desde el conformismo, indica Peláez, con frases como “qué le vamos a hacer, esto fue lo que me tocó. Es una aceptación desde el agradecimiento, desde la felicidad de poder tener unas piernas que funcionen y sí, claro que uno puede pensar en qué rico que mis piernas sean más tonificadas, eso está bien porque ahí se empieza a hablar de bienestar. Si al verse en el espejo siente que hay algo que no funciona es para analizar qué lo tiene en desequilibrio. Hay muchísima información que la mayoría de las veces no es fácil hacerla consciente en el día a día, pero ese es el camino para conectarse aún más”.

La tarea de las marcas

Para Isabel Henao hay una importante labor hoy para quienes diseñan y comercializan ropa y es tener en sus ventas en línea un cuadro de medidas. “Me parece absolutamente fundamental porque de otra manera no tienes cómo asegurarle al cliente tu tallaje”.

Peláez precisa que como mínimo indicar cuánto tienen las prendas en el ancho de hombros, de cintura y de caderas y a eso le suma una recomendación particular, “que aclaren qué talla es el modelo que tiene puesta la prenda. Eso nunca lo hacen y podría servir mucho”.

Sin miedos ni reparos agarre un metro y tome sus tres medidas básicas: busto, cintura y cadera, saberlas será fundamental en estos tiempos de ventas de ropa por catálogo y a domicilio y de paso aprovecha para conocer su cuerpo

51 %
de las mujeres que participaron en el estudio del Sena tenían la silueta rectángulo.

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