Piense por un momento que en un solo mes tiene tres fiestas de gala y que no puede usar el mismo vestido. ¿Qué haría? Las estrellas tienen ese dilema cada vez que se acerca una temporada de premios. La ventaja y gran diferencia es que tienen un equipo que piensa por ellos y les ayudan a escoger qué ropa van a usar. También tienen cómo pagar por ello.
Para la estilista Elizabeth Saltzman, quien tiene como clientas a actrices de la talla de Saoirse Ronan, Gwyneth Paltrow y Uma Thurman, es como un juego de ajedrez. Así se lo dijo a la revista Vogue cuando explicó su método de trabajo: “Hay que pensar en el futuro. Me gusta hablar con la gente y entender qué está pasando en su mundo y cómo se sienten. Luego pienso en los diseñadores con los que quiero trabajar, en los colores que me interesan y si el traje se ha usado antes. Finalmente, llamamos o creamos el vestido y configuramos un accesorio”.
Para Ilaria Urbinati, quien trabaja con clientes masculinos como Rami Malek, John Krasinki y Bradley Cooper, es más fácil cuando hay una temporada de premios que cuando solo tiene que vestir una vez a alguna estrella. “Tienes mucho espacio para jugar porque hay varias oportunidades con tantos eventos que puedes mostrar cosas diferentes”, le dijo al portal fashionista.com.