viernes
7 y 9
7 y 9
Bugatti es una palabra que se asocia casi de inmediato a una larga cinta de asfalto y un carro de alto desempeño rodando a altas velocidades. De hecho su modelo Veyron fue durante muchos años el auto más veloz sobre el planeta, con cerca de 440 kilómetros por hora. Y hoy sigue entre los tres de mayor velocidad.
Pero, ¿y si en lugar de asfalto Bugatti volara sobre el agua?
Eso pretende la firma italiana en alianza con el constructor de yates Palmer Johnson al desarrollar, bajo su licencia, una serie de yates denominados Niniette.
Y el nombre no es casualidad. Bajo esta denominación Ettore Bugatti, fundador de la marca, había desarrollado en los años 30 botes y yates de carrera. Niniette era el apodo de su hija Lidia.
“Este proyecto reúne a dos marcas con más de 100 años de experiencia en la gama alta, de la mano de un trabajo artesanal en sus respectivos campos”, explica Stefan Brung, miembro del consejo directivo de Bugatti Automobile.
Para esta nueva propuesta de yates, los diseñadores de Palmer Johnson retoman algunos de los elementos de diseño de clásicos de la marca automotriz. Por ejemplo, la línea de cintura que se observa en el Bugatti Tipo 57C Atalante, y las proporciones desarrolladas en el Bugatti Tipo 41 Royale, dos modelos distintivos para la marca a lo largo de su historia.
El nuevo yate cuenta con una estructura de monocasco, con dos pontones que le dan a la embarcación una mayor estabilidad cuando desarrolla altas velocidades. En el caso de este yate, la velocidad máxima declarada por el fabricante es de 38 nudos, o cerca de 70 kilómetros por hora.
Materiales como la fibra de carbono en tono azul oscuro y el titanio ultraligero para el desarrollo del casco; y maderas como el arce o el roble en la cubierta, muestran un contraste entre los elementos de alta tecnología y elementos naturales que le dan mayor calidez a cada uno de los tres modelos presentados por la alianza de constructores, de acuerdo con su eslora o longitud total.
Los nuevos yates, fruto de esta alianza, tendrán esloras entre los 13 y los 27 metros, en el caso del modelo intermedio, su diseño contempla también un salón de 63 metros cuadrados en la cubierta exterior, y otro de 43 bajo cubierta. Además puede alojar a cuatro personas y la posibilidad de dotar de accesorios de lujo a pedidos de cada cliente.
El ejemplo de Bugatti no es el único en la historia de desarrollos conjuntos entre fabricantes de carros y constructores navales, en especial cuando se trata de desarrollo de propuestas para los segmentos de lujo.
Cuando el espacio en las calles se queda corto, la amplitud del mar invita a desarrollar propuestas de velocidad y elegancia.