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Por OLGA PATRICIA RENDÓN MARULANDA | Publicado
Cuando se constituyó la Sociedad de Fabricación de Vehículos Automotores Sofasa, el 2 de julio de 1969, nadie podía imaginarse el éxito que significaría en el mercado colombiano y cómo Renault, el conglomerado francés, lograría a través de un planta en Envigado meterse en el corazón de los colombianos.
Sofasa fue creada como una empresa de capital mixto con 25 millones de pesos, el 50% lo puso Renault y el restante el Instituto de Fomento Industrial (IFI), entidad pública del orden nacional que promovía la creación de industrias. Y como gerente fue designado el técnico Florencio de la Fuente.
El negocio era redondo, porque Sofasa tenía a dos empresas hermanas: Socofam que fabricaba los motores en Duitama, Boyacá, y Renault de Colombia, que se encargaba de la comercialización.
Que las instalaciones de Sofasa quedaran en Envigado fue objeto de estudio por varios meses, había tres lotes que la empresa miraba con interés, los demás estaban en Medellín y Sabaneta. Finalmente, la negociación del terreno se cerró en 5,5 millones de pesos y la planta se estrenó el 14 de julio de 1970. El entonces alcalde de Envigado, Herzig Villa, aseguró que no ofreció ningún beneficio a la compañía para asentarse en su municipio.
A la par con la inauguración de la planta, que dio empleo inicialmente a 700 personas, se presentó en público el Renault 4, que desde entonces se convertiría en el carro más querido de las familias colombianas y que además descrestó a la marca, pues el ensamblado en Colombia era considerado el mejor del mundo pues llevaba un motor inédito 1.022 cc. Un detalle: Sofasa rifó el primer Renault 4 que fabricó entre sus primeros clientes, el vehículo costaba $51.600 (a precios de hoy actualizados con el IPC serían $48,2 millones) y era financiado por Agenciauto.
La trilogía se completó con el Renault 6 que empezó a fabricarse en Sofasa en 1971, y el Renault 12 en 1973.
El primer objetivo de compañía era producir 15.000 vehículos al año, hito que logró en 1974, y además, siendo una empresa tan joven, Sofasa empezó a exportar autopartes a las plantas de Renault en Chile y Venezuela.
La salida del Gobierno
En 1990 el Gobierno Nacional se salió del negocio, lo que trajo con conflictos laborales que perduraron por muchos años; sin embargo, era una época en la que estaban ocurriendo tantas cosas que permitieron a la empresa fabricar varios modelos nuevos; importar otros desde Francia, gracias a la apertura económica; y montar sucursal en Venezuela: Sofaven.
En 1994 el Grupo Empresarial Bavaria adquirió el 51% de las acciones para venderlas al Grupo Renault en 2005, convirtiéndose Sofasa en subsidiaria del conglomerado francés.
Renault- Sofasa también fue pionera en traer vehículos eléctricos a Colombia, en 2014, mucho antes de que cualquier marca pensara siquiera en el mercado colombiano con este tipo de opciones.
Tras 53 años de historia, Sofasa sigue haciendo de Renault la marca de autos más vendida en el país, metiendo cinco modelos en el top 10: Logan, Sandero, Stepway, Duster y Kwid.
El año pasado logró vender 60.261 vehículos, de los cuales 39.910 fueron ensamblados en su planta en Envigado, en un periodo de grandes distorsiones comerciales que amenazaban el abastecimiento automotriz en el mundo. Y 9.847 unidades fueron comercializadas en 13 países de América Latina y El Caribe. Así mismo, en 2021, desembolsó 36.674 créditos a través de su compañía de financiamiento comercial RCI. Sus ingresos operacionales fueron de $2,5 billones, 18,03% más que en 2020
Contexto de la Noticia
“Antioquia es el hogar de Renault”
“Desde 1969, hace 53 años, Antioquia y Renault-Sofasa empezaron a recorrer juntos un camino, escribiendo una historia sin igual en la que los sueños de millones de familias colombianas que quisieron vivir con pasión se hicieron realidad a bordo de un Renault. Para la Compañía, esta región de terrenos montañosos es nuestro hogar y hace parte de nosotros. Estamos comprometidos para seguir adelante y ser un motor de desarrollo”.
Soy periodista egresada de la Universidad de Antioquia. Mi primera entrevista se la hice a mi padre y, desde entonces, no he parado de preguntar.
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