Difamada por quienes la consideraban la puerta para el caos sexual, pero considerada una verdadera plataforma liberadora por la mayor parte de las mujeres del mundo. La píldora anticonceptiva, 50 años después, es algo tan inevitable como deseado por quienes aún no tienen acceso a ella.
Más de 215 millones de mujeres la han utilizado durante este medio siglo para planificar sus vidas, pero otras 200 millones la mayoría en el tercer mundo aún no tienen un acceso fácil a ella, según datos de la organización Women Deliver.
La 'píldora' vio la luz pública el 9 de mayo de 1960, cuando la Administración de Fármacos y Alimentos de Estados Unidos aprobó la venta de "Enovid", una dosis concentrada de hormonas que evitaba la ovulación de la mujer y así potenciales embarazos.
Las expectativas, desde el principio, fueron tan inmensas como controvertidas.
"Había mucha emoción entre doctores y activistas. Creían que iba a ser trascendental, que resolvería la pobreza, equilibraría el crecimiento mundial de la población, permitiría a las familias ser más prósperas y cumplir sus sueños", explicó la historiadora Elaine May Tylor, escritora del recién publicado libro America and the Pill.
Pero al mismo tiempo, las consecuencias sociales alimentaron un debate en la prensa que discutía si aquella pastilla podía dar rienda suelta al libertinaje sexual.
¿De dónde salió?
Fue el logro de dos mujeres que impulsaron la investigación de este medicamento, Margaret Sanger y Katharine McCormick, dos feministas que cuando cumplían ya los 70 años se propusieron encontrar la "píldora mágica".
La primera, una enfermera, fue la fundadora de Planned Parenthood , una organización que aún es centro de polémica en Estados Unidos, por ayudar a las jóvenes que desean interrumpir sus embarazos.
La segunda, McCormick, era bióloga, la segunda mujer en la historia en graduarse en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y "una señora muy, muy rica", subraya Tylor.
Con la persuasión de las dos mujeres y la financiación de la segunda, el doctor Gregory Pincus pudo avanzar con sus investigaciones para desarrollar la píldora, lo que logró en 1955. Pero fue aprobada como método anticonceptivo cinco años después.
"Millones de mujeres corrieron a sus médicos y farmacias cuando se aprobó en 1960", explica, a pesar de que dos años antes medio millón de mujeres ya la habían pedido en sus consultas bajo la justificación de desórdenes menstruales.
Medio siglo después, la píldora es el segundo método anticonceptivo más utilizado en el mundo y el primero en todos los continentes, excepto en África y Asia, según un informe de Naciones Unidas realizado en 2009.
Un 8.8 por ciento de todas las mujeres casadas o en pareja de entre 15 y 49 años la utilizan, y en Europa, Latinoamérica, el Caribe y Norteamérica, es su primer método anticonceptivo.
Jill Sheffield, la presidenta de Women Deliver, una organización que convocó en junio una cumbre mundial en Washington sobre el futuro de la tecnología anticonceptiva, señala que "Cuando una mujer puede controlar su fertilidad, puede manejar su vida y esto tiene implicaciones inmensas sobre la familia, la comunidad y la economía de un país".
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