Querido y recurrido Max, de usted habla muy bien Peter Watson en La historia intelectual del siglo XX , tiempo este embelesado por la ciencia y la tecnología. Y por los actos de resistencia de las manifestaciones artísticas.
¿Cómo entender la ciencia sin las acciones previas del humanismo? Es claro que lo humano (el saber por qué estoy vivo) es el a priori a cualquier acontecimiento, pero si no hay humanidad, ¿cómo saber que lo que hacemos es beneficioso? La ciencia y la tecnología en sí mismas no son más que medidas y al final resultados previstos (o imprevistos) en un plan de asuntos de laboratorio. Y lo que allí se dé (por lo común resultados económicos o políticos) es de poco valor si antes no se antepone la condición humana, es decir, lo que el hombre es frente a lo que inventa o descubre.
Usted, Max, antes de entrar en la ciencia tenía una enorme cultura religiosa, secular y era un buen músico. Con estos preámbulos, lo humano, entró en la mecánica cuántica.
En los tiempos que vivimos, querido Max, enloquecidos por la creencia de que somos humanos (nadie lo es si antes no se construye), adoramos la ciencia y la tecnología (la tecnolatría) como hechos dados y no como herramientas que el hombre usa, no para esclavizarse, sino para liberarse, como lo planteaba Paul Lafargué. Si un hecho me hace dependiente de él, he perdido la condición de ser que sabe y debe vivir.
En otras palabras, he dejado de habitar la vida, único episodio del que podemos dar testimonio. Certificar, obtener datos precisos, hacer inventarios, tiene poca importancia si antes no nos preguntamos para qué sirven esas certificaciones, esas datificaciones y acumulaciones en el bien estar de los hombres y mujeres. Lo humano es saber que lo que hago no es ídolo.
Los tecnólatras (que adoran la precisión y el resultado corto), han confundido la herramienta con lo que interviene esa herramienta. La cuchara no es la comida y menos el gusto o la manera de comer. Y mucho menos lo que nos comemos, que lo produce la tierra y no una máquina. El instrumento no es inteligencia (lo fue cuando lo crearon y al ser creado cesó el hecho inteligente) si antes no me hago una pregunta: ¿qué tan humano me hace la herramienta que uso? Usted, Max Planck, descubre los cuantos, esos paquetes de energía que componen la materia. Pero esos paquetes minúsculos con energía en desorden son un último descubrimiento, no la realidad total. La materia es energía en movimiento, es algo más que un hecho experimentable. Claro que el tecnólatra cree haberlo encontrado todo con solo introducir la llave en la cerradura y sin prever que quizás adentro esté el vacío.
Max Plank, físico alemán (Göttingen 1858-1947). Padre de la mecánica cuántica (de movimiento de los cuantos), que sirvió para el descubrimiento de la energía nuclear y la producción de la bomba atómica. Le pidió a Hitler que no tocara a los científicos judíos, pero Hitler no iba por humanidad sino por destrucción.
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