No está bien que el Presidente utilice sus consejos comunitarios para lanzar diatribas en contra de exitosos procesos de transformación, ni mucho menos para notificar gravemente a servidores suyos en vivo y en directo. A Uribe se le fue la mano el fin de semana pasado en el consejo comunitario de Envigado, en donde desafió ante las cámaras de televisión a altos mandos militares destacados en Villavicencio, por tener nexos con narcotraficantes. Máxime si puede hacer una llamada interna y tomar los correctivos sin tanto medio de por medio.
Las palabras de Uribe tienen un eco y sus consecuencias pueden ser devastadoras si se sacan de contexto, por eso debe haber prudencia. Tampoco está bien emprenderla en contra de Medellín, por ocultamiento de situaciones anómalas, tal como lo manifestó el Presidente al iniciar el consejo. Lo que faltaba es que se pierda norte con estas palabras sueltas.
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