Un tapete verde de 360.000 metros cuadrados hacen atractiva a Antioquia y convierten a Medellín en el epicentro de la masificación del fútbol rápido en Colombia.
Gracias a los conceptos de democracia, igualdad y vida deportiva, en los que se apoyó el Concejo, cuenta el edil Santiago Martínez , para apoyar este vehículo de desarrollo y recreación, la región se convirtió, en nueve años, en la pionera de las canchas sintéticas.
Los campos de antes, abiertos y sin protección alguna, que con sus polvaredas producían protestas reiteradas de los vecinos, por los efectos negativos contra la salud, cambiaron el barro y la arena por pisos sintéticos con medidas reglamentarias y material de alta tecnología que, además de atraer a la comunidad, generó calidad de vida con el embellecimiento del entorno.
La historia cambió. Ya hay 230 canchas sintéticas, que con su extensión son algo así como ir de Medellín a Manizales. En suma, 50 barrios del área metropolitana y 19 municipios de Antioquia entraron en esta onda.
La prueba está en que Marina Taborda , propietaria del granero Carmona, en Moravia, se sobra en elogios al señalar que "fue lo mejor que se pudieron inventar, porque desde que cambiaron la cancha de arenilla por la de grama sintética nuestras casas se ven más limpias, los muchachos ya no llegan llenos de tierra, el sector tiene más vida social y las ventas aumentaron".
Y los deportistas, sin importar su estrato social, compiten sanamente por un turno en las 38 canchas oficiales que existen en el área metropolitana. O pagan por hora en los 140 gramados privados que prestan este servicio entre las 6:00 a.m. y 11:00 p.m.
El talento sigue intacto
La proliferación de estos escenarios en los barrios populares en los que el Inder de Medellín ha invertido unos 26.000 millones de pesos en 40 placas, según cuenta el ingeniero César Correa Duque , generó, no obstante, una controversia: la mayoría de usuarios considera que en ellas el jugador pierde gambeta, dribling y manejo de balón. Otros aseguran que el talento se mantiene intacto.
"El espacio reducido y la velocidad que gana la pelota nos desarrolla más la técnica", señala Esteban Ruiz , de la Academia Paisa de Belén.
En cambio, el experimentado formador Luis Alfonso Marroquín no recomienda las canchas para los deportistas de alta competencia. "Las sintéticas son excelentes para hacerle quite al invierno y trabajar la fundamentación de los chicos entre los 6 y 14 años, porque están en su etapa de formación, juegan para aprender y se recrean". Sin embargo, no las recomienda para la edad competitiva. "El deportista pierde sensibilidad al no emplearse a fondo por temor a las laceraciones y al desgaste que producen los rebotes, el piso duro y la temperatura". Para su tranquilidad y de aquellos que piensan igual, los efectos de su uso dependen de la calidad del material que se utilice, como lo expresa Carlos Mario López , gerente de Active Recreación Ltda, empresa distribuidora de Forbex y Greenfields (empresas avaladas por Fifa para el montaje de este tipo de gramas).
"El grosor -las hay entre 20 y 65 milímetros-, los productos de fabricación y el tipo de hilado son los que favorecerán el normal desarrollo del jugador y evitará posibles lesiones".
Por eso, la tecnología y el proceso de instalación mejoran cada día para que los campos artificiales sigan masificando la recreación en Antioquia.
"Estas nuevas canchas son un paraíso, valorizaron nuestras comunas y se han convertido en sinónimo de desarrollo", expresa con orgullo Alberto Londoño , formador de la escuela Redcorpodea de Castilla, donde se adelantan procesos de capacitación. "Aquí la idea es muy sencilla: tenemos que aprovechar lo que nos brinda este tipo de gramilla. Y, a la vez, orientar a los jóvenes para que se tomen confianza en el manejo de cada movimiento, desarrollen su estado físico y se sientan parte de una transformación positiva".
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