A14 minutos de la estación Santo Domingo del Metro, se encuentra una reserva ecológica de 1.760 hectáreas, a la que a partir del próximo lunes se podrá acceder por medio de un cable aéreo. Sin lugar a dudas se convertirá en otro de los atractivos de la capital antioqueña, para propios y extraños.
Gracias al funcionamiento de la Línea L del Metro, este paraíso ecológico, conocido como Parque Arví, entrará a figurar en nuestros planes como una sana actividad de esparcimiento familiar, donde la naturaleza se manifiesta a plenitud con el mensaje de urgencia que hoy les trae a las nuevas generaciones en torno a la necesidad de una convivencia en armonía con el Planeta.
Concebida como una línea turística, para los fines de semana y épocas de vacaciones, más que para solucionar el problema de transporte de una comunidad, como son los casos del metrocable de Santo Domingo y el de Occidente, el cable Arví tiene el atractivo de atravesar más de cuatro kilómetros y medio de una zona boscosa, bien conservada, en el corregimiento de Santa Elena, y que espera recibir a un millón de visitantes al año.
La construcción del cable, que tuvo un costo de 50.500 millones de pesos, fue posible gracias a una conjunción de esfuerzos y aportes de capital de la Alcaldía de Medellín, la Gobernación de Antioquia, la Empresa de Transporte Masivo del Valle de Aburrá, el Ministerio de Transporte y la Corporación Parque Arví.
Con el sello del Metro, en todas sus etapas, el nuevo cable se integra a un proyecto ambientalista y turístico liderado por la Corporación Parque Regional Ecoturístico Arví, de la que hacen parte, además de las entidades antes mencionadas, las cajas de compensación familiar Comfama y Comfenalco, la Cámara de Comercio de Medellín, Corantioquia, Cornare, Área Metropolitana del Valle de Aburrá, Actuar y las universidades de Antioquia, Eafit y Escuela de Ingeniería de Antioquia.
El cable, que sólo funcionará mientras el parque esté abierto, cuenta con dos estaciones y empezará a ofrecer el servicio con 28 cabinas y una capacidad para transportar entre 6 mil y 7 mil personas en un día.
El trabajo previo de socialización que se realizó con los habitantes de la zona, convertidos en los primeros usuarios, y la vigencia de la cultura Metro, desde que este sistema de transporte público inició operaciones hace cerca de 15 años, nos hacen pensar que la llegada masiva de visitantes no va a impactar negativamente esta reserva natural, que es el temor que han expresado algunos ecologistas. Por el contrario, servirá para acercar más a los ciudadanos a la naturaleza, para que aprovechen el descanso que ella suele ofrecer, generosamente, a quienes disfrutan de sus encantos en una sana y placentera convivencia.
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