Su asesinato fue una ironía. También su sepelio ayer en Valencia, donde sus paisanos lloraron con rabia y dolor por un "compadre querido" que salió de su casa a participar del Día Nacional de las Víctimas y él, que quería dejar de serlo, regresó en un ataúd.
A Éver Antonio Cordero Oviedo, vocero de los desplazados del municipio de Valencia, lo sepultaron ayer en la vereda Fabra, mientras el pueblo se militarizaba ante la sorpresiva visita del presidente Juan Manuel Santos, que con un consejo de seguridad intentó despejar el temor de la población local.
El mandatario ofreció una recompensa de 100 millones de pesos por los asesinos y lo señaló como "persona muy querida por su comunidad". Pero eso no trajo tranquilidad a las personas que veían en Cordero al líder que desde hacía 10 años estaba entregado a la causa de los desplazados. El anuncio fue hecho desde la alcaldía local, a pocas cuadras del barrio La Cruz, donde un día antes el labriego de 58 años de edad fue baleado por dos sicarios en moto.
En Valencia, la percepción que quedó en los pobladores tras este asesinato es que fue una amenaza directa para los desplazados, quienes motivados por Éver Antonio y otros líderes comenzaron a reclamar los predios despojados por los grupos paramilitares.
Así lo creen porque Cordero viajó desde su vereda el pasado lunes para participar y organizar los actos del Día de la Solidaridad con las Víctimas, el martes. Se quedó en casa de un hermano y llegada la fecha salió a reunirse con los desplazados para empezar la jornada conmemorativa.
"Pero los asesinos esperaron a que llegara al pueblo y el mismo Día de las Víctimas lo mataron a plena luz, como diciendo vea lo que les pasa a los reclamantes", relató un amigo.
Cordero tenía 58 años, padre de 11 hijos y según los habitantes de Valencia, era "muy querido porque era humilde y a pesar de ser despojado de su tierra luchaba por recuperar las de los demás desplazados", contó un poblador.
No había manifestado amenazas de muerte, pero temía por las intimidaciones y los más de 60 asesinatos de reclamantes en todo el país. Apenas en marzo había sido asesinado su paisano y también líder de reclamantes Hermes Vidal, representante de desplazados locales.
Con más de 100 solicitudes de devolución de predios, ese municipio es uno de los que encabeza las reclamaciones de tierras en Córdoba, que acumula cerca de 1.400 solicitudes. Estas víctimas insisten en que pueden vencer el miedo, pero en Valencia le pidieron al presidente Santos garantías reales de seguridad para volver a sus tierras.
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