Dicen que en las crisis se presentan muchas oportunidades. Y eso es lo que piensan los empresarios autopartistas del país que aprovecharán estos momentos para repensar su accionar.
El objetivo es aprovechar la selección que se hizo desde el Gobierno de esta actividad como uno de los sectores de clase mundial que piensa proyectar el país.
Según lo revela Camilo Llinás Angulo, presidente de la Asociación Colombiana de Fabricantes de Autopartes, Acolfa, ya se adelanta un trabajo de consultoría con la firma McKenzie que debe entregar las pautas de lo que será el nuevo norte estratégico de esta industria y que debe conocerse en el mes de mayo.
Por ejemplo, no descarta que como parte de este nuevo rumbo para los autopartistas, la consolidación y fortalecimiento de las empresas, vía, por ejemplo, las alianzas o fusiones, pueda ser una de las alternativas para lograr penetrar mercados con mayor fuerza y competitividad.
También está sobre la mesa de análisis y discusión el tema de la especialización en la fabricación de algunas líneas o productos y dejar de lado aquellos en los que el país no es eficiente.
Y es que el contexto actual para el sector de autopartes no es precisamente de coser y cantar.
Por un lado, se presenta una disminución en la venta de vehículos en el mercado interno. Por ejemplo, en enero la disminución frente a enero del año pasado fue del 19 por ciento.
Además, los países vecinos también impusieron restricciones de cuotas y arancelarias al ingreso de vehículos ensamblados en Colombia, lo que hace más complejo el panorama.
Según Camilo Llinás, entre el 2008 y lo corrido de este año, se han perdido en el sector unos 15 mil puestos de trabajo.
La necesidad de una nueva visión también es compartida por el analista económico Juan Carlos Echeverri quien señala que "con el sector automotriz hay que tener una nueva regulación, una nueva visión, un nuevo diálogo con el Gobierno, para que este sector de automóviles y autopartes, que es uno de los sectores escogido por el gobierno como sector punta y de clase mundial se consolide y lo llegue a ser realmente".
Plantea, por ejemplo, un tema que seguramete será polémico. Que los porcentajes de integración de partes y piezas nacionales en el ensamblado dejen de ser regulados. "Curiosamente podemos aumentar mucho el componente local, pero quitemos esa talanquera y que la industria lo encuentre por iniciativa propia y no porque esté en una norma", argumenta el economista.
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