La marea humana en el centro del maderamen, los abrazos interminables, los puños cerrados en señal de poder, el llanto que nace de la alegría y por encima de todo y de todos: el trofeo de campeón de la Copa Invitacional de Baloncesto.
Búkaros Freskalche retuvo el título y lo hizo al estilo de los grandes campeones. Con un categórico pero trabajado 84-80 sobre Guerreros de Bogotá, que dejó la serie final 4-1 a su favor.
Cuarto título de los santandereanos en los últimos siete años y quinto del baloncesto de la región en su historia.
El primer periodo fue un trámite para los dueños de casa. Los dirigidos por José Adriano Diloné controlaron las acciones y demostraron sus intenciones de terminar la serie rápidamente, con un cómodo 20-12 en el marcador.
Para el segundo cuarto los capitalinos reaccionaron y de qué manera. Comandados por Stalin Ortiz sumaron 32 puntos y pusieron contra las cuerdas a un Búkaros que tuvo problemas en la defensa y en la entrega del balón.
Los ‘comandados’ por Yesid Riveros se fueron al descanso con un tanteador favorable de 44-36.
En el tercer periodo, los actuales campeones del certamen salieron con todo a equilibrar las cargas, pero se encontraron con un Guerreros que opuso resistencia y mantuvo una manejable diferencia de siete puntos a su favor cuando finalizó el cuarto: 63-56.
La defensa y la efectividad en ataque fueron las bases en las que Búkaros construyó una memorable remontada. La casta de campeón salió a relucir y con un trabajado 84-80 la escuadra santandereana defendió la corona que consiguió en 2011.
Premio para un club que tuvo en hombres como Jeffery Addai, Cory Bradford, John Hernández, David Reyes, Miguel Marriaga, César Cortés, Richard Jeter y John Vélez, entre otros, a jugadores con alta dosis de sacrificio y buen juego, que llevaron a feliz término las órdenes del entrenador Adriano Diloné y el mánager Carlos Parra.
Pico y Placa Medellín
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