x

Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

“Cada día el odio es más intenso”

Germán Castro Caycedo relata en La tormenta, cuatro historias de una violencia depravada.

  • "Cada día el odio es más intenso" | FOTO ARCHIVO DONALDO ZULUAGA
    "Cada día el odio es más intenso" | FOTO ARCHIVO DONALDO ZULUAGA
13 de octubre de 2013
bookmark

Son cuatro mujeres con cuatro historias que no se parecen en los detalles, aunque tengan una esencia que sabe a lo mismo: la guerra. Fueron víctimas, cada una, de un actor de la violencia diferente. Germán Castro Caycedo se hace a un lado y las deja decir. Son ellas las que sintieron, a las que les dolió la violencia y la muerte y la soledad y todo lo demás, tan triste.

La tormenta es el nombre. Las cuatro mujeres están, una después de la otra, en las 265 páginas del libro.

Pone a las mujeres a contar, a hablar sobre la violencia, ¿por qué?
"Las mujeres son más importantes que los hombres en mil actividades de la vida, mucho más importantes, mucho más valientes y en este desastre de país son heroínas verdaderas".
¿Heroínas?
"Por lo que soportan. La muerte, la violación, la muerte de sus hijos, el asesinato de sus nietos, de sus maridos".

Pero también hay mujeres que no lo son...
"Es que yo no estoy diciendo que todas. Todos los hombres no son héroes, tampoco, ni todos los ciclistas son campeones mundiales, ni todos los futbolistas son Messi".

¿Cómo decide contar la historia de estas cuatro?
"En primer lugar eso es trabajo periodístico, investigación, lo que hace cualquier periodista, o lo que debería hacer. Luego de escuchar muchas historias, uno tiene un olfato y dice esto es más intenso, más clásico de la situación, esto es más relevante y escoge".

¿Qué vio en ellas?
"La manera como se ensañaron con ellas".

Conversaciones difíciles...
"Nunca se habla una vez. Se habla seis, siete, cinco veces. Hay que hablar en el sitio donde ocurrieron las cosas, hay que escuchar y transcribir la primera entrevista y de ahí salen preguntas para ampliar, para redondear los momentos importantes. Los clímax, etcétera, etcétera. Nunca se hace una entrevista sola, a menos que se trate de hacer una noticita".

Con la primera mujer habló en París. Ahí no se cumple que fuera en el mismo lugar donde pasaron las cosas...
"Hablé seis, o siete veces con ella. Primero la conseguí, supe la historia, luego averigüé por ella, conseguí a la mamá y ella ya me dijo dónde estaba. La llamé a París, me citó y me fui. No se podía en el lugar, porque si la llevo la matan".

En la historia de Margarita pone un paréntesis donde dice que ella llora una vez más…
"(Interrumpe) Lloró muchas veces. Luego sus hijos me dijeron que una vez yo me iba, ella se descomponía totalmente. Le daba una especie de shock nervioso, no dormía. Yo no iba al otro día, sino al cuarto o quinto, que se hubiera recuperado. Es que era revivir una cosa muy intensa, muy dramática".

Esa intensidad de la historia, de todas maneras, lo debe permear, ¿no?
"Lógico, pero yo ya llevo 40 años en esto. Me permean, pero es mi trabajo".

Usted dice en la presentación, "todos, desde los guerrilleros hasta las bandas de paramilitares, incluyendo las fuerzas del Estado, descargan sobre los millones y millones de seres indefensos, la descomposición de un país", ¿quiénes son los seres indefensos?
"Somos todos. Indefenso es el que no ataca, no está dando puñaladas, echando plomo. Somos los colombianos. Eso recae sobre nosotros, sobre millones de colombianos que no somos bandidos".

Cada mujer es víctima de un autor del conflicto. ¿Es para decir que todos son iguales de perversos?
"Ahí dice que son unos depravados. Todos son unos depravados. Desde las fuerzas del Estado, que generalmente son peores si los juzgas por este libro. Son otros bandidos".

¿No hay uno mejor, o peor, que otro?
"Frente a la violencia, frente al sadismo, frente a la sangre, frente al crimen, son exactamente iguales"…

La historia de Magdalena, dice que no siente odio. ¿Ella es un ejemplo?
"Todos son unos criminales. Con Magdalena lo que pasa es que es una mujer humanamente admirable. Nunca pierde la compostura, su educación, pero siente profundamente".

¿Qué significa que no pierda la compostura?
"Eso es tener clase. Hay gente con clase y hay gente sin ella. Esta señora tiene mucha clase".

¿Esa actitud sería interesante para que no se perpetúe la guerra? Ella no se quiere vengar, por ejemplo.
"No, no, no. Es la clase. Mira, clase es el comportamiento de la gente. Hay gente que no come, se embute. Hay otra que come muy decente. La clase es la finura".

Las historias las cuenta en la voz de ellas. ¿Por qué?
"Yo no hablo nunca. No. Se trata de poner a los personajes directamente al oído del lector. Eso es el periodismo, porque si yo me pongo a hablar hago una editorial y esa no es la idea. Tal vez hablo para explicar, para contextualizar. Eso es parte del periodismo".

Son cuatro décadas que lleva recorriendo el país y, cuenta en el libro, que siente que en esta, la actual, la tormenta es mayor…
"(Interrumpe) Es una tormenta de odio entre los colombianos".

¿Qué pasó para que eso se diera?
"Se siente cómo se ataca la gente, cómo se odia. Hay que ver al expresidente Uribe, como odia".

¿El odio es uno de los problemas que hace que la guerra continúe?
"Es uno de los problemas. Cada día el odio es más intenso. Más que la guerra continúe, es lo que hace que la guerra sea cada vez más cruel".

¿Ve esperanza?
"Yo sí veo esperanza, espero".

Ya está listo el nuevo libro, Nuestra guerra ajena, que tiene listo hace cuatro años. ¿Cómo así que ajena?
"Sale para 2014. Es la que hacen los gringos. Es ajena porque mire, ellos fueron los que trajeron el vicio y el narcotráfico aquí, y ahora vienen a hacer la guerra contra la coca y la marihuana. Ellos son los que estimulan. Es la nación más viciosa de la humanidad. Ellos fueron los que impusieron el narcotráfico en Colombia, porque se fueron a invadir Vietnam y en Vietnam los enviciaron. Les empezaron a dar marihuana y opio fumado. Desde que empezaron a regresar los contingentes de relevo, empezaron a buscar la marihuana y terminaron en Colombia buscándola. Se vinieron como locos con sus aviones, dólares, pilotos y excombatientes. Ahora, luchan y fumigan, pero aquí, no allá en su país. Colombia es el único país del mundo donde se fumiga con glifosato, hecho, vendido y distribuido por Estados Unidos. Esto es una guerra ajena".

Usted es un viajero. ¿En qué viaje está?
"No. Estoy tranquilo. Tendrá que venir otro libro, porque es mi profesión, pero no todos los días hay temas".

Te puede interesar

¿Buscando trabajo?
Crea y registra tu hoja de vida.

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD