China defendió este jueves la pena de muerte, pero aseguró que ha reducido y seguirá reduciendo los casos sujetos a esta condena, en respuesta al informe publicado por Amnistía Internacional (AI) en el que la potencia asiática aparece como el país que más ejecuciones realizó 2013.
"Estas organizaciones siempre tienen opiniones sesgadas contra China. Que un país mantenga o no la condena a muerte responde a su tradición cultural y a sus condiciones específicas. China sigue manteniendo esta condena, debido a la tradición china, legal y cultural", adujo el portavoz de Asuntos Exteriores Hong Lei.
En rueda de prensa, Hong defendió la utilidad de este tipo de sentencias para prevenir las actividades criminales, si bien aseguró que, en los últimos años, China ha estado "estrictamente controlando" la aprobación de estas penas, cuyo número -desconocido, al ser considerado un secreto de Estado- está cayendo.
"Desde enero de 2007, el Tribunal Supremo reclama el derecho de revisar estas penas. Al enmendar la ley, China ha reducido los crímenes sujetos a la pena de muerte y la ha reemplazado por otras penas", indicó Hong.
En octubre del año pasado, recordó el portavoz, China acordó aminorar poco a poco los casos de pena capital en el cónclave celebrado por el Partido Comunista de China (PCCh) en octubre.
"China aplicará medidas concretas para implementar esta política, que pretende controlar de manera estricta y prudente el uso de la pena capital", indicó el portavoz chino.
Según el exhaustivo informe divulgado el miércoles por AI, un pequeño grupo de países encabezado por China, Irán e Irak fue responsable del aumento en un 15 % de las ejecuciones de presos en el mundo en 2013, en medio de una tendencia global a la abolición de la pena de muerte.
Actualmente hay 22 países que aún aplican activamente la pena de muerte, frente a 25 en 2004, lo que refleja "una tendencia positiva hacia la abolición", opina la organización.
Según la lista elaborada por Amnistía, el país que más ejecuciones hizo en 2013 fue China, si bien "no se tienen cifras concretas porque la pena de muerte se aplica con gran secretismo" y cualquier estimación "sería a la baja".
El abogado Teng Biao, profesor de derecho y fundador de la red China Contra la Pena de Muerte (CADP, sus siglas en inglés) estimó en un congreso celebrado en 2013 que las ejecuciones han disminuido desde 2007 en China, al pasar de unas 10.000 al año a unas 5.000 ó 6.000 en la actualidad.