Este martes se cumplen cinco años de la Operación Jaque realizada por las Fuerzas Militares y que trajo de nuevo a la libertad a la excandidata presidencial Íngrid Betancourt y a otros 15 integrantes del Ejército y la Policía Nacional secuestrados por la guerrilla de las Farc.
La estratégica operación, que se realizó minuciosamente el 2 de julio de 2008 en el departamento del Guaviare, fue un golpe certero a la histórica agrupación subversiva que sucumbió ante la inteligencia militar y que le arrebató de su poder a siete soldados, cuatro policías, tres contratistas estadounidenses y a la candidata a la presidencia de Colombia en 2002, su mayor rehén hasta ese momento.
"Aquello fue un milagro, todo lo que ocurrió ese día", señaló Íngrid Betancourt a RCN La Radio en medio de la nostalgia por los recuerdos.
La Operación Jaque, sin precedentes en el país, se realizó bajo la aprobación del presidente de turno Álvaro Uribe Vélez, luego de un largo estudio de infiltración dentro de la organización guerrillera y que terminó con la agonía de los secuestrados sin disparar un arma y sin pérdidas humanas.
Según las declaraciones del ministro de Defensa del momento, Juan Manuel Santos, hoy presidente de Colombia, la interceptación de comunicaciones entre los frentes de las Farc permitió las labores de inteligencia y el traslado de los secuestrados para ser posteriormente rescatados por las autoridades. El engaño a alias "César" y alias "Gafas", carceleros de las Farc, desencadenó en la libertad de los rehenes.
Dudas y cuestionamientos
Tras la liberación de los 15 secuestrados se tejieron mantos de duda sobre la forma en que se realizó la operación.
Tras las críticas por el uso indebido del logo de la Cruz Roja Internacional en el operativo, el Gobierno Nacional recibido duras críticas por teorías que aparecieron tras la liberación en las que se aseguraba que el Gobierno Nacional había pagado 100 millones dólares al grupo guerrillero por la libertad de los rehenes.
Estas afirmaciones fueron desestimadas por el mismo presidente Uribe Vélez y el entonces general de las Fuerzas Militares, Freddy Padilla de León, que tomaron esas declaraciones como una "infamia" para demeritar el trabajo de inteligencia realizado por el Ejército y la Policía.
Así mismo, se dijo que la Operación Jaque se había realizado con apoyo del Gobierno de los Estados Unidos, comentarios que también fueron desestimados por el Ministro de Defensa de la época.
