Una avioneta sobrevoló el campo de Augusta con una pancarta que hacía un juego de palabras entre el budismo, la religión que profesa, y su escándalo sexual. Pero ni eso pudo sacar a Tiger Woods de un regreso mágico.
Aún no es triunfal. Le faltan tres días y un par de rivales en el camino. Pero el número uno del mundo regresó como si los cinco meses de ausencia apenas hubieran sido un par de horas mal contadas. En la jungla del golf, el Tigre volvió al trono.
La primera ronda de Tiger, desde noviembre del año pasado, fue llena de emociones. Tuvo tres bogeys (7, 10 y 14), que mostraron que es humano, pero el mismo número de birdies (3, 9 y 13) que lo sacaron a flote.
Lo que marcó la diferencia fue un par de águilas, en los hoyos 8 y 15, que demostraron la diferencia entre un buen golfista y el mejor del mundo.
Finalmente, los números de Tiger fueron de enmarcar: 68 golpes para el par 72 de la cancha, un cuatro abajo que lo deja igualado en la séptima posición, y a solo tres impactos de distancia del líder, el veterano estadounidense Fred Couples (-7).
Por su parte, Camilo Villegas tuvo un comienzo aceptable. Hasta ahí. El colombiano selló su primer tarjeta con números altos: 74 golpes, dos por encima del par, para ubicarse en la casilla 50, lejos de los punteros.
En su ronda, el antioqueño tuvo tres bogeys (3, 11 y 13), por un solo birdie (15). Camilo debe mejorar si quiere pasar el corte y seguir jugando un par de días más junto a Tiger, quien volvió como el rey del golf.
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