Son objeto de intimidaciones, robos, extorsiones, asesinatos, destierros... Bueno, les toca soportar muy de cerca "las siete plagas de la delincuencia organizada" en los barrios de Medellín.
Son los conductores de servicio público de las laderas más conflictivas.
Mientras están en las terminales, se exponen a ser abordados por los integrantes de combos armados. Los presionan, los acosan, los sentencian. O les disparan.
Luego, salen a recorrer vecindarios que se encuentran bajo el terror de las bandas. Un grupo en una esquina, otro más abajo, y así, los conductores, indefensos, atraviesan territorios en disputa en los que fácilmente son blanco de las tropelías de "muchachos calientes". Hay que ayudarles y todo empieza por su protección inmediata.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6