Investigadores franceses quieren poner en entredicho la insuperable calidad de los violines Stradivarius.
Un test ciego realizado con violinistas solistas de fama internacional bajó la nota de los famosos violines que creó el célebre luthier Antonio Stradivari (Cremona, Italia, 1644-1737): la mayoría de los violinistas pasó de largo por su creación.
Stradivari hizo de 1.000 a 1.100 instrumentos, entre violines, cellos, arpas, violines y violas, de los que sobreviven 650, de los que 500 son violines.
Claudia Friz, una investigadora del sonido en la Universidad de la Sorbona (París), realizó un experimento y puso a diez solistas de diferentes partes del mundo ante una docena de violines.
Las pruebas se hicieron en la residencia de una familia de músicos profesionales de cuerdas, y en Coeur de Ville, en Vicennes, una sala de concierto con 300 asientos famosa por su acústica. El experimento involucró seis instrumentos italianos antiguos, de ellos cinco Stradivarius, y seis instrumentos de manufactura moderna, y se dividió en tres partes.
En la primera los diez solitas evaluaron los 12 violines en una pequeña sala de ensayos; luego los mismos violinistas evaluaron los 12 violines en el auditorio con la posibilidad de un acompañamiento de piano.
En la última parte del experimento los solistas usaron los instrumentos con acompañamiento de orquesta en la Coeur de Ville. Los violinistas tuvieron 50 minutos para probar todos los violines, usando sus propios arcos, y así eligieron los cuatro considerados mejores.
Y aunque los músicos variaron en sus preferencias, dos violines de fabricación reciente fueron los que tuvieron las mayores puntuaciones en todo el grupo y un viejo Stradivarius quedó en tercer lugar.
"La perenne búsqueda del secreto de los Stradivarius es fútil, porque no lo hay" señaló Fritz a la agencia Efe.
Sin embargo, a violinistas con quienes hablamos al respecto la conclusión no les suena, como suele decirse.
Sergio Arango, quien ha integrado varias orquestas y es docente de música, dice que si bien muchas personas creen que la calidad del Stradivarius es un mito, eso no quiere decir que sea falso. "Si hay mito con estos instrumentos es por algo". Los mitos parten de una fuente verdadera. "Me parece atrevido pensar que un sonido sea superior al de los violines de esa familia de Cremona, cuyos secretos técnicos se fueron con sus integrantes a la tumba", juzga Sergio, quien, por supuesto, celebra que haya instrumentos modernos de gran calidad sonora. Sabe que los chinos, por ejemplo, están produciendo unos de excelente sonoridad.
Camilo Sánchez, violinista de la Orquesta Filarmónica Juvenil de Colombia, considera que un Stradivarius es lo máximo. También optaría por encargar la fabricación a un luthier reconocido, que sepa sus necesidades sonoras. "Me interesa un sonido brillante y de gran proyección". Cuenta que lo ideal, desde hace 50 años, es que ni el cuello ni la barbilla toquen el violín. Que su cuerpo de madera quede libre para que no modifique el sonido.
Juan Mario Moreno, de la Orquesta de Cámara de Bogotá, cree que al hablar del sonido de un violín, se debe considerar cuáles son las búsquedas del músico. El timbre, el color del sonido. "Ningún instrumento suena igual a otro". Y añade que se compró un Jay Haide porque tiene un sonido entre brillante y opaco y posee gran proyección, es decir, su sonido se oye fuerte.
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