Una vez más quedó claro que uno de los serios problemas de la educación nacional es el tema de recursos.
Se han hecho esfuerzos, pero aún la gratuidad de la educación no es general. Es un factor que saca niños de las aulas. Se solucionaría con la destinación de presupuesto, en un monto que no está lejos del alcance del sector educativo y del país.
Este inconveniente se notó con mayor claridad al final del año, con la aprobación del Presupuesto General de la Nación y el sentimiento de las universidades estatales de que han sido abandonadas a su suerte: no se les dio, han insistido, lo que requieren para funcionar sin disminuir la calidad, que sólo se logra con inversiones, no con decretos ni leyes.
De recursos, aunque de gestión también, es el estado de la infraestructura escolar en el país. Este año fue evidente que el rezago en tener a disposición de los estudiantes mejores ambientes de aprendizaje (que no lo son todo) es enorme y se requerirá un trabajo serio y continuo para reducir la brecha, más amplia en áreas rurales y poblaciones por fuera de la gran ciudad.
Recursos es lo que no pocas Alcaldías en el departamento y el país dejan de destinar a educación por su preferencia hacia las obras de cemento que les reportan satisfacciones políticas, aún a sabiendas de que sólo con educación puede un pueblo mantener el progreso sostenido.
No fue malo 2009 en educación, pero queda la sensación de que se necesitarán enormes esfuerzos adicionales para que a la tan perseguida cobertura se le agregue calidad, fundamental en cualquier buena receta hacia un mejor futuro.
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