Dos estudiantes fueron las últimas víctimas identificadas en el caso de la masacre de nueve personas, perpetrada el pasado 31 de diciembre en una finca de recreo del municipio de Envigado.
Las autoridades confirmaron que uno de los muertos, que hasta ayer permaneció como NN, era Harold Maya Cano. Sus familiares expresaron que comerciaba con ganado y estudiaba Agronomía, aunque no especificaron en qué claustro.
Un allegado relató que con frecuencia viajaba a E.U. y España y que en algún momento negoció con oro.
Además, fungía como administrador de la finca La Piscina, donde sucedió el ataque.
La otra víctima que faltaba por identificar era Daniela Wilches Arango, de 24 años y estudiante de Comunicación Social en la Universidad Eafit.
"Fue buena estudiante, ya iba en el noveno semestre", contaron excompañeros de la joven, quien era oriunda de Bogotá y residente en una urbanización del barrio La Aguacatala de Medellín.
Daniela era amiga de otra de las occisas, Carolina Arango Geraldino, de 22 años y modelo de ropa interior.
Hallazgos en la escena
De otro lado, fuentes cercanas al caso manifestaron que en un sendero aledaño a la finca de la vereda El Salado fueron encontrados cuatro chalecos abandonados con insignias de la Policía.
Aún no se ha confirmado si las prendas reflectivas fueron utilizadas por los agresores que abalearon a los presentes a la 1:30 a.m. del lunes.
La hipótesis preliminar sigue siendo que el ataque iba dirigido contra Jorge Mario Pérez Marín, un desmovilizado del bloque Héroes de Granada y presunto integrante de la banda "la Oficina", quien en el bajo mundo era llamado "Morro", aunque también se presentaba como "Alejandro".
El general Yesid Vásquez, comandante de la Policía Metropolitana, dijo que este hombre tenía seis cédulas originales. Se investiga si de la propiedad, la cual él había alquilado, los asesinos hurtaron elementos, pues al llegar los investigadores judiciales encontraron una caja fuerte vacía.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6