Empiezo por confesar que, como lo dice William Ospina, nunca he entendido por qué en los regímenes así llamados democráticos, los gobiernos de turno les confían a los guerreros la misión de salvar a sus pueblos.
"¡Salve usted la patria general…" y no hemos logrado interiorizar que en un "Estado Social de Derecho" como es el caso nuestro, es el binomio maestro-alumno, entendiendo al maestro como todo ser humano que se siente corresponsable con el crecimiento del otro, el que tiene en su corazón esa noble misión.
Ninguno de nosotros puede abrogarse el derecho de ser solo el que enseña como quien tiene la verdad única pero tampoco puede ser solo el que aprende. Unos y otros nos necesitamos para aprender, desaprender y construir la sociedad del tamaño humano que todos buscamos.
En estos días, el país asiste con interés y al mismo tiempo con expectativa a un proceso de diálogo entre el Gobierno Nacional y el grupo insurgente Farc.
En esta primera fase se trata de crear las condiciones para PARAR LA GUERRA. Por ello no podemos esperar que terminen nuestros desajustes estructurales, porque aunque es un paso importante en el proceso, el paso fundamental radica en los cambios profundos, especialmente los culturales que produzcan una paz sostenible y duradera.
Por lo tanto, creemos que es necesario un cambio radical de las actitudes y mentalidades en la forma como miramos al otro y esto solo se gesta en la relación testimonial y en las dinámicas compartidas en las comunidades en donde interactuamos los individuos en el interior de la sociedad.
Cualquier lugar por asimétrico que parezca puede convertirse en una escuela de alumnos y maestros, si allí se produce un cambio en la mirada del otro y del mundo que trastoque las conductas y transforme el sentido de las prácticas.
Es precisamente eso lo que se propone el Centro de Fe y Culturas. Ser un lugar en el que se renueven las miradas y se alimenten los compromisos por la dignidad de todos y la construcción de la paz a partir de la apuesta por la densidad interior y el discernimiento.
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