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HISTÓRICO
El crimen de Galán, mezcla oscura de poderes
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    El crimen de Galán, mezcla oscura de poderes |
Por CARLOS ALBERTO GIRALDO M. | Publicado

Por problemas de inmigración, está a punto de ser deportado de Estados Unidos a Colombia. Y, según él, si eso ocurre sus enemigos lo van a cortar en pedacitos.

Fue miembro de inteligencia militar en Cali en los años ochenta y noventa, en el apogeo de los carteles de la droga, y entre sus denuncias gravísimas está decir, por su labor de espionaje, que a Luis Carlos Galán Sarmiento (LCGS) lo asesinó una combinación de fuerzas mafiosas, políticas y militares con asiento en el Valle del Cauca.

Pide, por seguridad, omitir su nombre de pila y que lo llamemos "Gamín". En síntesis plantea que si bien Pablo Escobar igual pensó siempre en matar a Luis Carlos Galán, los carteles de Cali y del Norte del Valle se adelantaron para desviar la investigación y las miradas en su guerra con el Cartel de Medellín. "Escobar era una marca registrada" y cualquier cosa que pasara en aquellos años terminaba atribuida a su autoría.

El de Galán, muy similar al de Jorge Eliécer Gaitán, fue un crimen perfecto, según él.

"Gamín" sufrió cinco atentados (tres en Cali y dos en Bogotá) antes de irse a vivir a E.U. hace 15 años.

Ya infiltrado, fue mensajero de Carlos Pizarro LeónGómez de quien sostiene que se cruzaba cartas de diálogo político sensato con el líder conservador Álvaro Gómez Hurtado, en las que hablaban de estudiantes universitarios que promovían el Movimiento Séptima Papeleta, a finales de los ochenta, y del compromiso de Gómez con LCGS para, junto con Pizarro, buscar acercamientos de diálogo con el jefe de las Farc, Manuel Marulanda Vélez.

La Fiscalía lo escuchó una vez, pero cesó las indagatorias. "Gamín" dice que espera un nuevo contacto para retomar sus declaraciones y ahondar en el esclarecimiento de este magnicidio del cual dice tener pruebas. Aquí, su testimonio:

El magnicidio de Luis Carlos Galán fue declarado delito de lesa humanidad para que no prescriba. ¿Qué piensa del episodio cuyo esclarecimiento ha tardado tanto y por qué cree que no hay una justicia decidida a resolverlo?
"Luis Carlos Galán Sarmiento es quizás una gota de agua idéntica al asesinado líder liberal Jorge Eliecer Gaitán. Galán lo admiró por su transparencia y su forma directa de decir las cosas. La mafia y los grupos oscuros que controlan todo en Colombia harán lo imposible para que la verdad nunca salga a la luz".

¿Cuál es su tesis sobre los autores intelectuales y materiales del asesinato de LCGS, quiénes son y por qué?
"Gaitán y Galán eran el mismo caudillo en dos épocas distintas, rodeados de los mismos problemas en su entorno político. Ambos no eran bien recibidos por el poderío político y económico que ha manejado el país desde el siglo 19.

Sostengo lo que pude escuchar por boca de un vigilante y comprobar con mis ojos sobre uno de los carros utilizados para el crimen, y que pertenecía a los carteles del Valle del Cauca, más concretamente a Juan Carlos Ramírez Abadía, alias ‘Chupeta’. Igualmente, manifiesto que detrás de este crimen hubo más de una organización delictiva que apoyó económica y logísticamente la ejecución. Para la época del magnicidio, las fuerzas oscuras del país, con ayuda de un sector muy poderoso de las FF.MM., hacían lo imposible para acabar con el proceso de paz que tenía el presidente Virgilio Barco con el M-19 y el EPL. Y tenían claro que LCGS, siendo Presidente de Colombia, acabaría el nido de los huevos de oro".

Relátenos su versión de lo ocurrido el 18 de agosto de 1989, y los días anteriores y posteriores; es decir, según usted, ¿cómo se planeó y ocurrió el crimen?
"Para esa época había conseguido trabajo temporal en mis vacaciones de 30 días de las FF.MM. Era en construcción, en una urbanización localizada entre el barrio El Gran Limonar 2 y Ciudad Capri, al sur de Cali (carrera 72 con calle 10A), cuya obra estaba terminada en un 80%. Desde 1983 me infiltré en el movimiento estudiantil que manejaba el M-19, en Cali. Subí muchos escalones en siete años. A comienzos de marzo de 1989, el filósofo del M-19, en Cali, como le decían al guerrillero ‘Vladimir’, me presentó al ingeniero civil Jorge Navarro Wolff, hermano del segundo comandante general del M-19, Antonio Navarro. El objetivo era que yo, ‘Gamín’, fuera estafeta personal de los comandantes Carlos Pizarro y su hermano Antonio Navarro. El último sobre que me entregó Jorge Navarro en su oficina, ubicada cerca de la carrera 45 con calle 14C, barrio La Selva, en Cali, era para Carlos Pizarro. Como siempre, le llevé el sobre a la oficina al mayor (r) Ramos el cual había sido nombrado por el hoy mayor general (r) Iván Ramírez Quintero como asesor de Inteligencia y Contra Inteligencia en toda la Red No 3, en Cali.

Los nuevos cuadros salían sin ninguna experiencia en el terreno. Además, el capitán que era el comandante de la red en Cali, de apellido Ospina, trabajaba para el Cartel de Cali, bajo la nómina del narcotraficante alias "Pinchaíto" o "Tacones". El sobre fue abierto al baño maría por el mayor Ramos. Contenía una carta escrita de puño y letra del político conservador Álvaro Gómez Hurtado. En ella le manifestaba a Carlos Pizarro los avances con un grupo de estudiantes para proponer el Movimiento de la Séptima Papeleta, para cambiar la antigua Constitución Nacional. Otro tema importante de la carta era el compromiso que él había adquirido días atrás con LCGS para trabajar, juntos con Pizarro, en Bogotá, después de que el M-19 firmara la paz con el gobierno, y lograr un acercamiento con Manuel Marulanda Vélez, jefe máximo de las Farc, amigo y excomandante de Pizarro. De inmediato, el mayor Ramos le sacó una copia y la envió a Bogotá, vía aeropuerto-aeropuerto, para que fuera entregada al general Iván Ramírez.

Nunca imaginé que las amenazas de muerte que recibió LCGS desde comienzos de su campaña a la presidencia se harían realidad el 18 de agosto. Inteligencia Militar conocía de tiempo atrás las amenazas que tenía el político liberal.

El sábado 19 de agosto, a las 7:30 de la mañana, el vigilante nocturno de la obra le manifestó en su informe diario al cuñado de mi tío, el cual me había conseguido el trabajo, y que era el responsable de la obra, que un BMW negro llegó a primera hora de la mañana (a Galán lo mataron a las 9:45 p.m., un viernes, y entre Soacha y Cali puede haber entre 8 y 9 horas de viaje en un vehículo rápido). Se bajaron cuatro sujetos que vestían gabardinas hasta la pantorrilla (inusual por el clima de Cali). El vigilante describió con lujo de detalles la fisonomía de uno de los tipos que bajaron del carro. Manifestó que ese sujeto era el jefe del grupo, pues le decían ‘Patrón’. Con los datos que el vigilante me dio, supe que se trataba de Juan Carlos Ramírez Abadía, alias ‘Chupeta’.

Tras salir al mediodía de la obra (los sábados solo se trabajaba medio tiempo) comencé a llamar a la casa del mayor Ramos sin que me contestara las llamadas. Sobre las seis de la tarde nos pusimos de acuerdo y nos encontramos a dos cuadras del objetivo. Al darle los datos que el vigilante me dio en la mañana, el mayor Ramos manifestó que efectivamente se trataba de Juan Carlos Ramírez Abadía. En dos oportunidades se verificaron la dirección y la ubicación del apartamento que ocupaba el presunto sicario de LCGS. El objetivo estaba ubicado en la carrera 72 con calle 10A y el apartamento era en el tercer piso. El mismo mayor Ramos hizo un croquis exacto del objetivo. Inmediatamente el mayor me manifestó que era importante hablar con el comandante de la Tercera Brigada, en Cali, la cual estaba a cinco minutos del objetivo.

Por último el mayor Ramos me dijo que tenía que llamar por teléfono a nuestro jefe, o sea al hoy mayor general (r) Ramírez Quintero, para ponerlo al tanto y que diera la autorización para que el Ejército hiciera el allanamiento correspondiente. En inteligencia militar en Colombia no se podía hacer nada sin la autorización o el visto bueno de Ramírez Quintero. No importaba si él estaba frente a una brigada, batallón o de agregado militar, había que informarle y punto.

El lunes 21 de agosto vimos en la obra a un gran número de soldados alrededor de las torres ocupadas. Nuevamente el vigilante nos manifestó que el Ejército apareció tarde en la noche y que, media hora antes de que llegara, los sujetos del BMW se habían ido. Igualmente manifestó que sacaron otros vehículos y unas maletas grandes".

Fueron llamados a declarar el excomandante de Policía de Soacha, mayor (r) Luis Felipe Montilla Barbosa, y el exjefe de Orden Público del DAS y entonces coordinador de seguridad de Galán, Manuel Antonio González Henríquez. ¿Sabe algo sobre ellos, participaron en el crimen?
"No sé nada sobre ellos, pero nada raro sería que hubieran hecho parte de la logística en lo operacional. Hablamos de una organización tan poderosa en Colombia que, en comparación, el narcotráfico le queda en pañales".

Es curioso: dos novelas de televisión recientes han coincidido en mostrar a Pablo Escobar como determinador del crimen de Galán. ¿En esas series hay fidelidad, verdad sobre los hechos, o son versiones sin investigación seria, y despistadas por todas las hipótesis falsas que desviaron la reconstrucción del caso?
"Lógico, el nombre de Pablo Escobar Gaviria, alias ‘El Patrón’, es una marca mundial que vende lo que le pongan encima".

¿Qué pruebas está dispuesto a aportar para ayudar a esclarecer el magnicidio de LCGS?
"Buena pregunta. Esperemos primero que me llamen y se las daré con gusto".

El plan contra Galán fue tan bien montado que es muy difícil descifrarlo, o es posible atribuir la falta de resultados a la negligencia de organismos de justicia y a presiones de poderes oscuros que participaron en el crimen...
"Tenemos el mismo criterio, fue un asesinato perfecto…".

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