Antes de mi viaje a Panamá, tomé la decisión de no aceptar los encargos que unos y otros me hicieron, y me rehusé a malgastar mi tiempo visitando vitrinas y centros comerciales. Y creo que hice bien.
Porque aunque sí estuve en algunos de estos lugares, que tanta fama tienen entre los turistas, preferí ahorrarme no solo unos cuantos pesos sino también buena parte de mi tiempo (cuatro días), para conocer más de este país, que ofrece unos sitios maravillosos, los conocidos, como el Canal de Panamá, y otros sin explorar, plantación adentro, como dice Rubén Blades en sus canciones.
Así, aceptando la invitación de la cadena Superclubs Breezes Resort y de la Autoridad de Turismo de Panamá, nos adentramos en el Pacífico panameño, no sin antes recorrer su capital.
Amplían el canal
Una de las novedades que me encontré fue la ampliación del famoso Canal, obra que estará lista en 2014, cuando cumpla cien años de fundación.
Allí, acompañado de turistas de distintas partes del mundo como Rusia, Brasil y Estados Unidos, me enteré de que la decisión fue tomada por el mismo pueblo, mediante un referendo en 2006, y que consta de un nuevo acceso de 6,1 kilómetros de extensión, apto para el paso de los buques de hoy en día, que varían, en mucho, tanto de ancho como de largo con relación a los que pasaban hace un siglo.
Pacífico adentro
Y bien, luego de cumplir con lo esperado, nos alejamos de la ciudad y recorrimos durante dos horas una larga autopista hasta llegar al sector de Santa Clara, en la carretera que conduce a San José de Costa Rica, conocida como la Interamericana.
Si continúa por esta vía, estará en ese otro país centroamericano en aproximadamente diez horas, y en su capital, en dos más.
Creerá que se encuentra en la selva por la espesa vegetación que hay alrededor, y de hecho lo está. Pero al llegar al lugar, se encontrará con condominios y hoteles de lujo, como en el que yo estuve.
Se sentirá recorriendo la costa caribe colombiana. Los restaurantes, los paraderos y la gente son igualitas a los que usted ve yendo para Coveñas o Cartagena. Hasta el acento es similar.
Allí sentirá un calor sofocante, que aliviará con las aguas del Pacífico, agresivas pero frescas. Y sofoca porque la humedad es bastante alta, a pesar de que el sol aparece y desaparece con rebeldía, y aunque la lluvia hace presencia al menos una vez por día.
Hoteles hay muchos, todos con el concepto de resorts y algunos más con la posibilidad de tener todo incluido. Están los más conocidos, como el Decameron y el Brezees, que abrió en octubre de 2009 y tiene 294 habitaciones. Entre ambos reciben aproximadamente 2.500 personas en una noche.
Salir de allí no es fácil, pues está lejos de todo, pero tampoco es necesario, ya que no le hace falta nada.
Por la comida, no se preocupe, es muy parecida a la colombiana, con los mariscos como primera opción y la carne y los vegetales como alternativas.
Atrévase a conocer la otra cara de Panamá. No se quede solo con el comercio y disfrute de otras experiencias más divertidas y enriquecedoras.
Pico y Placa Medellín
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