De nuevo una bala perdida le arrebató otra joven vida al futuro de la ciudad.
El pasado viernes en la tarde, Stiven García Bocanegra, de 14 años de edad y joven promesa del fútbol antioqueño, salió con sus amigos del barrio Robledo Villa Sofía.
Uno de ellos le pidió a Stiven que lo acompañara a comprar un helado a una tienda cercana.
A pesar de las advertencias de varios de sus compañeros de que no se dirigiera a la zona donde compraría la golosina, pues la situación de orden público del sector ha sido complicada, Stiven hizo caso omiso y creía que nada andaba mal.
Cuando Stiven llegó con su acompañante al lugar donde compraría el helado. Lo hicieron con prontitud y retomaron el camino de vuelta.
En ese instante, comenzó un tiroteo y desafortunadamente Stiven estaba en el camino de las balas, así como su amigo, quien recibió un impacto en el pie.
Tras recibir la herida, el compañero de Stiven le gritó para que corriera, sin embargo Stiven se encontraba paralizado por el pánico, incapaz de reaccionar.
Cuando se dio cuenta de la gravedad de la situación, era demasiado tarde y una de las balas se incrustó en su espalda.
Testigos del hecho, manifestaron que Stiven alcanzó a correr hasta el CAI del sector cuando se desplomó implorando por ayuda.
De ahí, un agente de Policía lo traslado en un taxi al hospital Pablo Tobón donde el pequeño falleció junto con sus ilusiones de ser un gran jugador de fútbol profesional.
Ayer se realizaron las exequias de Stiven en medio del dolor de todas las personas que lo conocieron y lo calificaron como un gran ser humano.
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