Preocupante es la posición de Colombia en el ranking del informe anual sobre la calidad de vida en el mundo, revelado ayer por el Programa de Desarrollo de la ONU.
Este país pasó de ocupar el puesto 79 el año pasado a estar en el lugar 87 este año, entre 187 países, quedando por debajo de naciones que en los últimos meses han enfrentado graves coyunturas sociales como Cuba (51), Libia (64), Venezuela (73), Perú (80) y Ecuador (83).
Los ingresos de la población, la esperanza de vida, los efectos de las amenazas medioambientales sobre el desarrollo humano y las percepciones sobre bienestar, educación y salud fueron claves para que la ONU le diera los tres primeros lugares a Noruega, Australia y Holanda, y el último en la lista a la República Democrática del Congo.
Pese a que los riesgos ambientales son la principal amenaza contra los avances en desarrollo humano en América Latina y el Caribe -según el informe presentado en Copenhague- expertos en el tema coinciden en que la región se debe concentrar en programas que combaten la pobreza.
Alan Fuchs, experto en temas de desarrollo humano y funcionario de la ONU, reconoció que programas como Oportunidades, en México; Bolsa Familia, en Brasil, y Panes en Uruguay, han ayudado a aumentar el ingreso de los individuos más pobres y han disminuido la desigualdad en términos económicos.
En el informe también llama la atención la caída de Brasil, que con el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva inició un camino ascendente. Hoy ocupa el puesto 84. También quedó en evidencia la difícil situación de Haití, el peor de la región, en el puesto 158.
David Millar, del Centro de Pensamiento Estratégico Woodrow Wilson International, explicó que los estudios que miden el índice de desarrollo humano son muy relativos.
"En el caso de Colombia, la comunidad internacional ve claros avances a nivel económico y en el tema de derechos humanos. Brasil sigue en su curva ascendente y, en cambio, las condiciones de E.U. no son las mejores y aparece en cuarto lugar", agregó Millar.
Cambio climático influye
La ONU alertó ayer que el incremento en los últimos años de fenómenos como el deterioro del suelo o el aumento de la deforestación y de la desertificación, harán subir los precios mundiales de alimentos entre un 30 por ciento y un 50 por ciento en las próximas décadas.
Por lo tanto, se hace visible la necesidad de conjugar el desarrollo sostenible y la justicia social para frenar los riesgos medioambientales que amenazan el progreso social.
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