En la madrugada de este lunes vuelve a reanudarse la operación del metrocable Nuevo Occidente.
Como consecuencia de 9 días de suspensión, la conocida como Línea J, habría dejado de mover una cifra cercana a los 72.000 pasajeros, suma que resulta de los 8.000 usuarios que está plenamente calculado, viajan cada día en sus 119 cabinas.
En plata, son 129 millones de pesos, teniendo en cuenta que cada tiquete al sistema - tomando como referencia el individual- vale 1.800 pesos.
La Línea J fue parada desde el sábado 19 de este mes por mantenimiento de los cables, interrupción que iría hasta el martes 22, pero en el camino se detectó la necesidad de realizar otros trabajos que obligaron al cierre del sistema por 7 días más para garantizar los estándares internacionales de calidad con que labora el sistema.
Había que reemplazar 300 metros de cable. La operación está programada para reanudarse mañana lunes 28 a las 4:30 de la mañana. Conociendo la responsabilidad y el profesionalismo de los encargados de la operación del Metro, no habría porqué dudar de que el plazo se cumplirá. La lluvia, en todo caso, no iba a ser obstáculo.
"Activamos un plan B para que cuando lloviera de día se compensara en la noche, montamos una planta de energía, reflectores y todos los equipos necesarios para laborar en las horas nocturnas, la lluvia no sería problema", afirmó Carlos Paternina , ingeniero de la empresa Metro y quien junto a otro colega francés está al frente de los trabajos. En total, 26 personas están al frente de las obras.
Reemplazo de cables
La empresa Metro explicó que cuando se hacía el mantenimiento normal al sistema se detectó que en poco tiempo habría que hacer un corte de cable en el punto de empalme, lo que habría implicado una nueva interrupción del rodaje de las cabinas. Sería, en suma, otra semana que estaría la zona de Occidente sin el Metrocable operando, algo que resulta traumático para este sector de la ciudad, que ya se acostumbró al sistema y se le volvió indispensable.
Así lo siente Guillermo Betancur , un residente del sector de La Aurora, en el complejo la Villa Suramericana, que labora en Copacabana y que por día, sin el Metrocable, está perdiendo dos horas de tiempo.
"Para mí es muy duro, con el Metrocable me demoro una hora en llegar y sin este es el doble de tiempo, en pasajes gasto 7.000 pesos y con las cabinas son 4.200". Por día pierde 2.800 pesos, que en siete días suman $19.600, suponiendo que no viaja los domingos.
Por eso, Guillermo no duda en afirmar la importancia del sistema, "es lo único que nos conecta con toda la ciudad, en poco tiempo ya vamos a llegar hasta Sabaneta", comentó.
Otra afectada fue Leidy Arango , que reside en Las Flores y estudia en el colegio Marco Fidel Suárez. Ella gasta más dinero pagando buses, pero le da más valor a conceptos como seguridad y comodidad. "En el Metrocable voy tranquila, segura y cómoda, no me gusta montar en bus y de venida (a casa) demora más", se quejó.
La suspensión del servicio tiene quebrada la economía de Beatriz Castañeda , que con una chacita en las afueras de la estación La Aurora gana para sostener a sus hijos. Cuando el cable no funciona baja las ventas de 25 mil o 30 mil pesos habituales a 5.000 o menos. "Estos días han sido duros, cuando funciona se ve mucha gente y hay días muy buenos, pero vea qué soledad", decía el jueves.
Ante la ausencia del Metrocable, la que respondió fue la empresa de buses de San Cristóbal, que incrementó a 70 el número de busetas prestando servicio. Lo normal son unas veinte rodando.
Mañana, menos mal, vuelve a rodar el sistema. Y esta comunidad respirará tranquila, pues cuando las cabinas están en el parqueadero de la estación La Aurora, se siente soledad, se lastima el bolsillo y la vida se hace muy incómoda. Tomar buseta ya no está en la rutina de muchos habitantes de esta zona de Medellín.
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4