Juan Pablo Montoya probó ayer por primera vez, en el Sebring International Raceway, el Penske con el que regresará a la categoría IndyCar. El colombiano no se subía a un vehículo de esta división desde el 2000.
"Para ser sincero, todavía no puedo creer que esté aquí. Veo el carro y mi nombre en el auto. Es emocionante. Mucha gente esperaba mi vuelta a los monoplazas". Agregó que "me alegro de que estén todos aquí, dispuestos a ayudar. Así es el equipo Penske. Todos colaboran y tratan de darme el auto más rápido posible. Cuanto más rápido vaya, mejor para todos".
Su primer objetivo es conocer el auto y ver qué cambió desde el 2000, cuando ganó las 500 Millas de Indianápolis corriendo para Ganassi.
"No voy a tratar de batir ningún récord en mi primera vuelta", bromeó. "Hay que trabajar de a poco y asegurarse de que el auto rinda como queremos. Eso es algo que uno aprende con los años. Cuando uno es joven, maneja lo que le den. Pero después te das cuenta de que puedes hacer un auto a tu medida y conseguir las mismas cosas con la mitad del esfuerzo".
Montoya ganó siete carreras y las 500 Millas de Indianápolis en dos temporadas con Ganassi. Esa combinación conquistó el campeonato Cart de 1999.
En un acto para aficionados antes de su última carrera en Nascar el mes pasado en el Homestead-Miami Speedway, Montoya fue franco cuando alguien le preguntó por su cambio de dirección. Hoy confirma: "estoy cansado de dar lástima".
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