El presidente de E.U., Barack Obama, anunció este jueves el abandono del proyecto de un escudo antimisiles en Europa concebido por la Administración de George W. Bush y que se verá sustituido por un sistema con "un nuevo enfoque".
El fin del proyecto puede abrir el camino para una mejora de las relaciones con Rusia, que había protestado enérgicamente contra ese escudo, pero ha sido acogido con malestar entre una oposición republicana que acusa a Obama de debilitar la defensa del país.
En una declaración ante los medios de apenas tres minutos en la Casa Blanca, y tras la que no admitió preguntas, Obama quiso responder precisamente a estas últimas críticas con la promesa de que el nuevo sistema no debilitará la defensa en Europa, sino que la reforzará, será más eficiente y más económico.
"Nuestra nueva arquitectura de defensa antimisiles en Europa aportará defensas más fuertes, más inteligentes y más rápidas a las fuerzas estadounidenses y sus aliados" de la Otan, sostuvo el presidente estadounidense.
El Gobierno de Estados Unidos había concebido el sistema para atajar posibles ataques desde Irán, pero Rusia lo veía como una amenaza contra su territorio.
Aclaraciones ante la decisión
La decisión anunciada este jueves se adoptó, explicó Obama, por la recomendación "unánime" de los responsables militares.
Según explicó en una rueda de prensa posterior, el secretario de Defensa, Robert Gates, dijo que la decisión se tomó tras llegar a la conclusión de que han cambiado las premisas acerca de la capacidad balística de Irán.
Hasta ahora se había sobrevalorado la amenaza procedente de los misiles de largo alcance iraníes, mientras que los servicios secretos consideran ahora que el verdadero peligro podría provenir de los misiles de corto y medio alcance.
Estos, señaló Gates, "se están desarrollando de manera más rápida de lo previsto".
El nuevo sistema tendrá sus interceptores en tierra y mar. En una primera fase se dotará a buques Aegis de interceptores.
Además, el nuevo sistema contará con un sistema de radares móviles, más ágil que el previsto hasta ahora, que permitirá detectar el posible lanzamiento de misiles de corto y medio alcance.
En una segunda fase se instalarían interceptores en tierra. En particular, precisó Gates, Estados Unidos prevé ahora desplegar para 2015 en Polonia y la República Checa interceptores SM-3, concebidos para destruir misiles de corto y medio alcance.
La existencia de este proyecto había enfriado sobremanera las relaciones entre Washington y Moscú, un malestar que amenazaba con extenderse a la cooperación contra el programa nuclear iraní, entre otros asuntos.
Gates admitió que el abandono del proyecto vigente hasta ahora puede eliminar algunas de las preocupaciones rusas, si bien insistió en que la medida no es una concesión a Moscú sino una mejor manera de responder a las preocupaciones sobre Irán.