Cada vez que Fabi sale a la arena, a la mayoría del público -especialmente a los hombres- se les olvida el juego: las clavadas, los bloqueos y el mismo resultado.
Ellos están más pendientes de las largas piernas, el color de la piel y lo tonificado del cuerpo de esta brasileña, de 22 años de edad, identificada con el número 1.
Fabiane Boogaerdt -su nombre completo- sabe y disfruta de la sensación que su cuerpo despierta entre el público masculino.
"Acá hay niñas muy lindas, todas son hermosas", dice, a la vez que aclara que no le gustaría ser modelo o posar para alguna revista ya que "soy deportista y eso no se vería bien".
Junto a la brasileña, de 1.80 metros de estatura y que está dedicada profesionalmente a la práctica del voleiplaya en las arenas de Río Janeiro, resalta la figura de la chilena Francisca Rivas.
Canelita
El color de su piel -al estilo canelita Hollywood-, su sonrisa, más el piercing que adorna su abdomen, hacen que la figura de Francisca sea una de las más admiradas en las canchas de voleiplaya, en Plaza Mayor.
Francisca, una de las jugadoras más experimentadas de su país, es también una de las más simpáticas de los Juegos. "No le niega una foto a nadie", comentó una de las voluntarias del lugar donde se desarrollan las pruebas.
Tras el trono de la brasileña y la chilena está la venezolana Karelys Mosquera, una mujer no tan esbelta y alta como Fabi o Francisca, pero llamativa en su físico y figura.
Sin duda, ellas tres son las reinas del volei playa, por su juego, pero más por su presencia y belleza.
Si usted todavía no las ha visto hoy es la última oportunidad para observarlas en competencia, a partir de las nueve de la mañana.
Fabi, junto a su compañera Julia Schmidt, venció ayer a las bolivianas Amalia Calvo y María Del Pilar Coll por 2-0. Las chilenas, por su parte, perdieron 2-0 ante las venezolanas.
"Acá todas somos lindas...", remató Fabiana, en medio de risas, ante la pregunta sí ella era la reina del voleiplaya.
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