Si de productividad se trata, la inmensa mayoría de las fincas lecheras del norte de Antioquia, al igual que sus animales, está repelando.
Aunque las causas son diversas, se destacan la degradación de las pasturas por la fuerte carga animal, el mal manejo de los pastos y la falta de conocimiento técnico en la labranza de los mismos, sea esta mecánica o manual.
Un alto nivel de productividad del suelo no se logra pasando varias veces un tractor con su respectivo arado. Como mínimo, el granjero tiene que contar con un tractorista que conozca de suelos, sus nutrientes y el tipo de procedimiento que requieren pasto y suelo.
En los últimos 20 años, así lo demuestra el estado actual de la mayoría de los potreros, los granjeros se han dedicado a mover tierra con sus arados para luego sembrar pasto, pero sin una adecuada asesoría técnica.
Los tractoristas de hoy son los muchachos que, en el pasado, servían como asesores de sus amigos o familiares que manejaban los tractores de manera empírica. Por ello, el problema se repite de generación en generación en detrimento de los suelos, pastos y como consecuencia en la baja producción de carne o leche.
Una mala labranza no puede suplirse regando cal, estiércol o úrea por toneladas potrero tras potrero. La tierra es un organismo vivo que necesita revitalizarse cada determinado tiempo para mantener sus topes de productividad.
Álvaro Rodas, de Tierra Pastos y Ganados, y más de 20 años de experiencia profesional en el análisis de tierras y pastos, se refiere a esta situación.
Solo en San Pedro de los Milagros, contó, un municipio con 28 veredas, un corregimiento y una producción de 950 mil litros de leche diarios, hay 55.000 hectáreas de pasto kikuyo, 32.000 de ellas degradadas o en proceso de degradación por sobrepastoreo y una labranza no técnica.
Tal situación exige un plan de mecanización urgente de suelos productivos para que los animales dejen de repelar y la tierra dé el pasto que se necesita para mantener el hato competitivo o vivo en el marcado.
En este sentido, Rodas tiene proyectado un programa de mecanización, que iría hasta 2020 y que tendría como protagonistas a los tractoristas y jóvenes aprendices de la zona interesados, que recibirían información técnica sobre suelos y su manej0 mecánico.
Según los estudios de Rodas, un metro cuadrado de kikuyo, debidamente tecnificado, debe producir 3,5 kilos de material verde. Si produce menos de dos, que es la generalidad en San Pedro, los animales están repelando. Con el actual inventario de tractores al servicio de los ganaderos sanpedreños se necesitarían 24,5 años de mecanización para recuperar el 60 por ciento de las áreas sembradas y degradadas.
El ideal, convertirlas en kikuyo tecnificado con una capacidad de carga de 5 cabezas por hectárea año. Hoy, el promedio es de 1,5 cabezas.
Teniendo en cuenta la humedad del suelo, la topografía, la herramienta utilizada y sus capacidad en caballos de fuerza, cada hectárea se lleva un trabajo de 35 a 45 horas.
En el mercado hay tractores que al tiempo pueden subsolar, arar y emparejar el suelo dejándolo listo para cualquier cultivo, comentó Carlos Canelon, gerente de Tractocentro Colombia.
Mantenga vigente su finca en el mercado. Más información: www.tierrapastosyganado.com
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