El Boca Juniors dio un golpe de autoridad en el comienzo de los octavos de final de la Copa Suramericana, que ya conquistó en 2004 y 2005, al vapulear por 4-0 al 'rey' de la Copa Libertadores, Liga de Quito, con un equipo de jóvenes llamados a suceder en el trono a Riquelme, Palermo, Palacio y compañía.
Otro laureado equipo argentino, el River Plate, pareció renacer de las cenizas que tiñen su campaña en el Torneo Apertura local con un triunfo por 1-2 en la casa del Defensor Sporting, y gracias a su 'hijo pródigo', el punta uruguayo Sebastián Abreu.
El Loco Abreu, que reapareció el mismo jueves en las filas del River tras su fugaz paso de dos meses por Israel, marcó los dos goles y contrarió en el estadio Centenario la sentencia popular según la cual "nadie es profeta en su tierra".
La jornada de partidos de ida de los octavos de final favoreció los presupuestos de los equipos visitantes, establecidos sobre la base de 'robar', al menos, un punto y, mejor si el empate se firma con varios goles.
El único conjunto local satisfecho con su balance fue, sin duda, el Boca Juniors en la misma semana que estrenaba en el ámbito internacional su título de Recopa Suramericana.
La semana no sólo resultó nefasta para su víctima, la Liga de Quito en su aparición como flamante campeón de la Libertadores, sino para el Arsenal, dueño de la Copa Suramericana de 2007, que cayó el martes por 2-1 a manos de Estudiantes de La Plata, con un doblete de Mauro Boselli.
Así como el Boca Juniors deslumbró a todos con un puñado de jóvenes reservas encabezados por Juan Forlín, Pablo Mouche, Nicolás Gaitán, Ricardo Noir, Jonathan Philippe, Leandro Gracián y el guardameta Javier García, la jornada también fue positiva para otros equipos que privilegiaron sus intereses en las ligas nacionales y dieron descanso a sus titulares en la Suramericana.
La arriesgada decisión benefició al Palmeiras, que estructuró un equipo con diez reservas y sustrajo el miércoles un empate sin goles del fortín del Sport Áncash peruano.
Otro equipo brasileño, el Atlético Paranaense, se dio el lujo de viajar a Guadalajara con un titular y trece suplentes, y volvió a Curitiba con un empate 2-2 que huele a triunfo, por el valor agregado que tienen los goles de visitante marcados a los mexicanos de Chivas.
El agónico 1-1 rescatado del estadio San Carlos de Apoquindo a expensas de la Universidad Católica, resultó un buen negocio para el Internacional, que el entrenador Tite no duda en cerrar en el Beira-Río, el 1 de octubre, tres días después de sortear un difícil clásico con el Gremio, líder del Campeonato Brasileño.
Victoria del América
Cruel ironía para el Botafogo, el único de los cuatro equipos brasileños que decidió "encarar con toda seriedad" la Copa Suramericana, es decir, con todas sus figuras: el equipo de Río de Janeiro cayó por 1-0 en su visita al América colombiano.
Si la apretada derrota no resultó tan mala para el Botafogo, la misma sensación quedó en las filas del Argentinos Juniors tras la caída por 2-1 sufrida en el domicilio del San Luis mexicano. ¿La razón? La importancia de los goles de visitante a la hora de dirimir empates en puntos en estas series eliminatorias.
Con sus dos tantos de este jueves, Abreu entró a discutir el liderato de la clasificación de goleadores, que lidera con cuatro Marco Antonio Lázaga, del ya eliminado Olimpia paraguayo.