De una humilde casa de la zona de invasión Olaya Herrera, cerca al corregimiento San Cristóbal, de Medellín, la Policía dio protección a una niña de 9 años y a un menor de 14, que estaban en situación de abandono. La capitán Carolina Romero, jefe del grupo de Infancia y Adolescencia de la Policía Metropolitana, dijo que tras una llamada que entró a la línea 106 fueron informados de la situación por la que pasaban los niños, que permanecían solos entre ocho y 15 días, que los podía visitar su madre, trabajadora interna en una casa de Laureles, quien les dejaba papas, arroz y sal, para alimentarse.
"Los encontramos desnutridos y en condiciones precarias. Dormían en el piso de tierra, sólo tenían una letrina para hacer las necesidades y cocinaban en un fogón de petróleo por falta de servicios en el rancho, donde dijeron vivir hace un año", dijo la oficial.
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