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HISTÓRICO
Hay que proteger la próstata en la edad adulta
Por Natalia Ospina Vélez | Publicado

El desarrollo de cáncer de próstata tiene entre los factores de riesgo la edad sin embargo, de ser diagnosticado a tiempo estos tumores pueden tratarse a tiempo con éxito. Los especialistas indican que la principal función de la próstata consiste en secretar un líquido que forma parte de la composición del esperma. Cuando el individuo ronda la quinta década de vida está glándula crece, y dado que está situada bajo la vejiga y delante del recto, rodeando la uretra, al aumentar de tamaño, puede llegar a comprimir la uretra y a presionar la vejiga, produciendo problemas urinarios.

Cuando se presenta el agrandamiento natural o  hiperplasia benigna de la próstata se experimenta una disminución en la fuerza con la que se expulsa la orina, hay necesidad de orinar más a menudo, una sensación de que la vejiga no se vacía completamente, interrupción de la micción y gotas residuales.

Señalan los expertos, que esta enfermedad afecta de manera crónica alrededor del 50 por ciento de los hombres con más de 50 años y a casi todos los mayores de 80 años. Algunos indican que el agrandamiento de la próstata es una patología que padecerán todos los hombres a lo largo de su vida. Si no se hace nada, el problema se agrava en la mitad de los pacientes. En un 30 por ciento de los casos la situación se estabiliza, y en un 15 por ciento incluso puede mejorar. La decisión de iniciar un tratamiento depende de la gravedad de los síntomas o la forma en que la persona vive su trastorno.

Enfermedad y tratamiento
Según los especialistas, el tratamiento consiste en una intervención quirúrgica, en la que se deben cortar pequeños trozos de la próstata crecida o incluso extirpar la glándula, es una opción que puede ser adecuada para hombres cuyos síntomas empeoran pese al tratamiento farmacológico o en aquellos que sufren complicaciones.

Y aunque no tenga síntomas iniciales de la enfermedad hay que llamar la atención sobre las señales de alarma del cáncer de próstata, pues no posee una presentación clínica característica. En ocasiones, el diagnóstico se realiza a partir de una revisión médica rutinaria, estando el paciente asintomático, y otras veces se manifiesta por una dificultad miccional, presencia de sangre en la orina o con síntomas secundarios a la extensión de la enfermedad fuera de la próstata, especialmente como dolor óseo

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