Era la 1:00 de la madrugada de ayer cuando Alfonso Payares Maldonado estaba acostado en su cama. Un fuerte estropicio en la sala de su casa lo hizo levantarse en medio de la penumbra y de inmediato buscó su revólver, pues intuyó que algo malo pasaba.
Acababa de tomar su arma cuando dos sujetos, cuyos rostros estaban cubiertos con máscaras negras, entraron a su cuarto. Sus parientes dicen que intentó apuntarles, pero uno de los encapuchados le agarró el revólver y empezaron a forcejear.
De pronto, un balazo retumbó en la oscuridad. En el piso quedó tendido Alfonso Payares, de 69 años, con una herida en la frente por donde brotaba abundante sangre. Los dos sujetos agarraron un bolso que estaba en el cuarto, en el que habían 420.000, y salieron a toda prisa de la vivienda, dando por muerto a Alfonso, que yacía inmóvil para hacerles creer tal cosa.
Solo unos 10 minutos después que los dos sujetos huyeran, cuando supo que el peligro había pasado, el herido se levantó y salió a la calle a pedir auxilio a los vecinos y a una hija que vive a solo unas casas de la suya, en la calle Alberto Dejanón del barrio 13 de Junio, sector Estela.
En una ambulancia lo llevaron a la Clínica Madre Bernarda, donde los médicos le explicaron a sus parientes que la herida que tenía en la frente era superficial y no estaba en peligro de muerte. El proyectil que lo hirió cuando forcejeaba con el ladrón solo lo rozó.
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