El momento de sentarse en la mesa, dejar a un lado las recriminaciones y los insultos, y negociar una salida a la crisis política en la que está sumida Honduras desde hace diez días, ha llegado.
Hoy, en San José de Costa Rica, el presidente interino de Honduras, Roberto Micheletti y el derrocado Manuel Zelaya, se verán las caras por primera vez, en un intento de lograr un camino de diálogo tras el golpe de Estado que generó no solo la transición de poder en el país centroamericano sino la salida de esta nación de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Con el auspicio del presidente de Costa Rica y premio Nobel de la Paz, Óscar Arias, las dos caras del conflicto iniciarán hoy una serie de encuentros bajo un ambiente caldeado en el que ninguna de las partes quiere ceder.
Zelaya, que llegó anoche a Costa Rica, no varia su lenguaje y afirmó que "no vamos a negociar, vamos a una mediación", porque según él, retomando el lenguaje de Hugo Chávez del que es fiel aliado, "es difícil sentarse con los gorilas a buscar soluciones".
Por su parte, Micheletti se mantiene inmovible en que la restitución de Zelaya al poder es algo que no negociará en San José.
Sin embargo, Óscar Arias, artífice de la reunión, se mostró confiado en el encuentro.
"Para eso es el diálogo, para acercar posiciones antagónicas y al final llegar a un acuerdo satisfactorio para ambas partes", dijo Arias. No obstante, reconoció que Zelaya y Micheletti tienen posiciones "muy distantes".
"Me imagino que conforme uno comienza a dialogar se van a suavizar esas posiciones. En todo diálogo se cede en las expectativas que uno tiene de antemano", recordó Arias.
Los diálogos para la búsqueda de una salida al conflicto contarán, además de los dos presidentes hondureños (uno en ejercicio y otro depuesto), con delegaciones de no más de cuatro personas y ningún representante del Ejército de Honduras.
Tras el anuncio de la reunión en San José, que se realizó el martes en la tarde, las protestas callejeras en apoyo o desaprobación al presidente Roberto Micheletti disminuyeron y ayer en Honduras solo se presentó una protesta de simpatizantes del derrocado Manuel Zelaya en la zona oriental de Tegucigalpa que bloqueó las calles por unas horas.
Justamente esta manifestación contó con la esposa de Manuel Zelaya, Xiomara Castro, quien adelantándose al diálogo pidió que su esposo vuelva al poder cuanto antes.
Las marchas seguramente se detendrán esta tarde cuando desde San José salga humo blanco sobre el encuentro.
Arias ha dicho que de su casa, donde se prologará la reunión por dos días, no dejará salir a los mandatarios hasta que estos no se den la mano y encuentren una solución.
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