Íngrid Betancourt recibió este miércoles los consejos de 16 "sabios" españoles de entre ocho y once años para lograr la paz en el país, un proceso que según ellos requiere de "capacidad para perdonar" y escuchar a las partes.
Betancourt conversó durante una hora sobre cómo construir un mundo mejor con dieciséis niños de otros tantos colegios de la región de Asturias, en el norte de España, a los que expresó sus dudas sobre la manera de buscar la paz entre los adultos a partir de sus experiencias.
El encuentro con los niños fue su primer acto público tras llegar a la ciudad de Oviedo donde este viernes recibirá el premio Príncipe de Asturias de la Concordia por el coraje mostrado durante los seis años que permaneció secuestrada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc).
Tácticas de negociación
Acompañada de su madre Yolanda Pulecio, Íngrid a dirigió un coloquio en el que los niños, a partir de sus preguntas, revelaron sus "tácticas de negociación" en los conflictos domésticos o escolares, entre las que incluyeron la necesidad de aprovechar el "momento oportuno" para plantear sus demandas.
Betancourt recordó a sus contertulios que en muchas ocasiones lo "más difícil" a la hora de "ser valiente" es acercarse a alguien para pedirle perdón, sobre todo en aquellos casos en los que quien se acerca para decir "yo no quiero pelear contigo" es consciente de que previamente lo han ofendido y de que tenía razón.
"Muchas veces -dijo- decimos no queremos hablar con alguien porque es tonto, porque no nos gusta. Uno, a veces, no hace ni el esfuerzo de oír, pero si lo hacemos, quizá cambie nuestra manera de pensar sobre esas personas".
Y advirtió a los niños que los adultos "muchas veces toman decisiones que no son correctas" y que ellos pueden contribuir con sus propuestas a buscar una solución para que en el mundo no haya guerras, lo que permitiría a los países ahorrar la "plata" que destinan a "comprar fusiles, tanques o bombas" a combatir la pobreza.
Sobre Colombia
Ante la percepción generalizada de sus interlocutores de que Colombia es una nación pobre, Betancourt explicó que el suyo es "un país rico donde hay muchos niños pobres", lo que revela "que algo no está funcionando, que lo que no funciona es el corazón de las personas".
A esta situación contribuye, dijo, el hecho de que en Colombia haya una guerra en la que "unos colombianos matan a otros", porque todos ellos "son personas que no quieren hablar" y prefieren utilizar las armas "para imponer lo que piensan".
Mensaje para las Farc
Ante la pregunta de qué mensaje de los niños españoles puede trasladar a las Farc, los pequeños coincidieron en pedir a Betancourt que les advierta de que "no van conseguir nada", que los convenza de que "la única forma en que se pueden solucionar las cosas es hablando" y que piensen "un poco más en los demás".
"Si todo el mundo se coloca del lado de la verdad y de la justicia no habría guerras", subrayó, antes de pedir a los niños que no se dejen llevar por el grupo, a "ser tercos en la verdad" y a "oír a su corazón" sin dejar que los demás les digan "lo que tienen que hacer".
En este contexto, aludió a la "increíble" situación que se produjo en la Alemania nazi en la que muchos de los vecinos de los judíos "no hicieron nada" mientras veían como eran trasladados a campos de concentración para exterminarlos.
"Hay que estar del lado de los que sí hacen", dijo Íngrid Betancourt, antes de comprometerse a utilizar a partir de ahora toda "la sabiduría" de los niños "para poder hablar de paz en Colombia".