Más redonda no podía ser la noche para el Atlético Junior en el estadio Palogrande de Manizales, al conseguir cuatro marcas que le anticiparon el regalo de Navidad a sus seguidores, y que prendieron, dos meses antes, el tradicional Carnaval de Barranquilla.
Lo más seguro es que pocos se acordarán que cayó 1-2 en el juego de vuelta de la final de la Liga Postobón-II, porque el onceno tiburón hizo moñona al coronarse campeón de la edición 74 del rentado, clasificar para la Copa Santander Libertadores, dejar a Carlos Bacca como el goleador (12 tantos) y ganarle, por fin, una final al Once Caldas.
La séptima estrella del equipo que orientó el bogotano José Eugenio Hernández llegó a través de los remates desde los doce pasos, instancia en la que fue fundamental el uruguayo Sebastián Viera al atajarle el remate a Fredy Pajoy y motivar a su equipo a ganar 4-2 luego de que Guillermo Beltrán desperdiciara su cobro.
"La gloria es para Dios que nos dio fuerzas y nunca perdimos la fe de conseguir este título que fue histórico porque casi siempre nos tocó remontar", anotó pletórico el lateral antioqueño Juan David Valencia.
Pese a que se dejó hacer daño del rival cuando Pajoy puso el 1-0 parcial al cierre del primer tiempo, y a los 69 minutos Beltrán "generó susto", como reconoció Vladimir Hernández, ese tanto de Bacca (58') fue fundamental para que Junior volviera a dar una vuelta olímpica.
Evidenciando que estaban tocados por Dios, según Cheché Hernández, el cuadro costeño lució clarito en los cobros con Giovanni Hernández, Juan David Valencia, Sherman Cárdenas y Luis Páez para llevarse la corona, relevar al Atlético Nacional y rematar un año redondo para el Atlántico, departamento que además del nuevo campeón también ganó en noviembre el Reinado de la Belleza.
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