En medio de la euforia por vislumbrar la paz, algunos colombianos, y en especial ciertos medios de comunicación, inflaron al máximo los egos de la cúpula de las Farc y puede que hayan contribuido a distorsionar las expectativas que el país y ellos tenían sobre el proceso de negociación.
El mismo Gobierno invirtió grandes sumas de dinero con el fin de ambientar las conversaciones de paz y facilitar todo el andamiaje que requiere semejante operación: innumerables viajes de comitivas de aquí para allá y viceversa, hoteles y recepciones.
La discreción, definitivamente, no está de moda. ¿Será que nuestros conceptos pueden ser manipulados por los medios de comunicación?
Entrevistarlos era un gran logro periodístico. Casi a diario, las palabras de los guerrilleros ocupaban lugares destacados en la información. Las declaraciones, proclamas y afirmaciones que los jefes guerrilleros decían, eran enfatizadas y repetidas cual si fueren dogmas.
Sus fotos y dictámenes ocupaban (y todavía ocupan) las primeras páginas de la prensa; en los noticieros de la televisión abrían y abren con las palabras y las fotos de los jefes guerrilleros y en la radio destacaban cada palabra que pronunciaban los alias "Timochenko ", "Iván Márquez " o "Andrés París " (el que amenaza a los periodistas que los critican). Y como muchos políticos, parece que los miembros de las Farc van camino de ser adictos a figurar en los medios.
Pero el colmo del entusiasmo se vio en la carátula que publicó una famosa revista con las fotos del presidente Juan Manuel Santos y Timochenko, uno al lado del otro, como en el mismo nivel de importancia. Casi que en un diálogo de tú a tú.
Entonces, los guerrilleros pensaron que llegaron a la mesa de diálogos como ganadores, presuntuosos y con ínfulas de superioridad. Borraron de sus mentes los golpes que durante los últimos 8 o 10 años les infligió la Fuerza Pública, olvidaron la muerte de varios de sus jefes y la disminución de sus combatientes, ya fuera por fallecimiento en combate o deserción.
Tampoco reconocen los esfuerzos que el Gobierno está haciendo en el campo y el trabajo para la restitución de tierras. A raíz de esta mano tendida por el Estado colombiano a la guerrilla, recuerdo la fábula de la Rana y el Escorpión.
La primera decidió ayudarle al escorpión a cruzar un río, después de que este le prometiera no picarla. Pero en medio de un remolino, aquel picó con su aguijón a la ranita y mientras se ahogaban los dos, la rana le dijo: ¿Por qué los has hecho? Nos moriremos los dos. Y el alacrán respondió: No pude evitarlo. No puedo dejar de ser quien soy...
Con todo el corazón quiero la paz, pero no puedo dejar de criticar la falta de verdad, de tolerancia, de prudencia, de contrición de la Farc.
- Qué tristeza. Cómo parecen deleitarse algunos parlamentarios con las enfermedades del Vicepresidente. 2) La contralora Sandra Morelli sí cuida las finanzas del país. Rara vez hay un funcionario tan austero y serio. 3) Hago votos porque el procurador Alejandro Ordóñez sea reelegido. Ojalá el Congreso vote con conciencia y no por motivos politiqueros.
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