La pedagogía se encuentra en el filo de la navaja porque la tecnología nos obliga a dar un salto cualitativo en cuanto a los métodos educativos se refiere. Las tabletas electrónicas le han ganado la partida a los libros de texto y las editoriales están a punto de pasar a vender licencias en lugar de libros.
El iPad tablet tomará el lugar de los libros de papel integrando posibilidades de imagen, sonido y gráficos. Las ventajas que se destacan es que los niños ya no tendrán que cargar bultos pesados, las mamás dejarán de ir a la tienda, pues descargarán todo de la nube como se hace con la música del portal iTunes, y los papás ahorrarán un 70% del costo.
El salto cualitativo lo tienen que dar también los profesores, pues los nacidos a partir de 1985 pertenecen a la "era digital", pero ellos se tienen que adaptar sabiendo que los alumnos superan al maestro en el dominio de la tecnología. La apuesta está hecha sin lugar a opciones. Ahora hay que verificar si el cambio es positivo o dejará vacíos en la formación de la memoria, de la capacidad de concentración y relación, de analizar y sintetizar, en la expresión oral y escrita, en el hábito de lectura, que son actividades del intelecto que se deben desarrollar y jamás obviar.
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