No puede ser sensato y menos en personas con algo de cultura, cuando dicen: "Si el Presidente Álvaro Uribe Vélez renuncia a una segunda reelección, nuestro comportamiento como oposición sería diferente", y algunos llegan a decir: "No todo lo del Presidente Uribe es malo, este Gobierno tiene cosas buenas, pero estando en la oposición, todo lo tenemos que criticar y torpedear".
¿Serán sensatos, serán honestos con la patria, los personajes que actúan así, desconociendo todo lo que este Gobierno ha hecho, luchando por salir de la encrucijada en que encontró el país? Se resiste a creer cualquier persona, por ignorante que sea, cuando se escuchan esas expresiones de parlamentarios, líderes políticos y ex presidentes de la República; hay que reflexionar considerando que lo que está en juego es Colombia y el pueblo será el que pida en el futuro una reelección y algún día, ojalá no lejano, juzgue el comportamiento de los elegidos de la oposición, que tanto daño le hacen a la patria.
Más triste es observar que ese 13%, que es lo que muestran las encuestas como oposición al Presidente y a su Gobierno, tengan tanto micrófono en la radio, cuando buscan lucirse con el oyente queriendo enlodar, demeritar y desconocer los resultados que este Gobierno puede demostrar y, peor aún, cuando el televidente pone el canal institucional, ve y escucha a algunos parlamentarios los martes y los miércoles, mostrándose como grandes legisladores en ese horario; bueno sería saber la asistencia en horarios sin T.V. y su comportamiento como padres de la patria.
La ambición de todo ciudadano consciente, que espera tener y vivir en un país todos los días en crecimiento, en desarrollo, más justo, más participativo, más seguro y bien administrado, es sentirse oportunamente informado, pero con objetividad, con veracidad, con toda seriedad, sin sensacionalismo. Está demostrado en el caso del Presidente y el Gobierno actuales, mientras más agudo es el ataque y la pasión contra ellos, más suben en las encuestas de opinión, para frustración de algunos periodistas empecinados en deteriorar la imagen del Presidente y su Gobierno.
Lo preocupante de todo lo anterior es que el deterioro se lo hacen es a nuestra patria Colombia. Hoy las comunicaciones nos dan la oportunidad de tener la noticia buena o mala al instante, asunto bien importante, pero negativo cuando de una manera hostil, matrera y oportunista, todos estos contradictores del Gobierno, de una manera sensacionalista, la difunden.
Muchos quisiéramos tener el privilegio de ser periodistas, hacer entrevistas y comunicar oportunamente, pero de una manera veraz la noticia, asunto definitivo en una sociedad y más aún con lo que hoy, por medio de los sistemas y la tecnología se puede hacer, pero sin desprestigiar, juzgar, demeritar, aprovechando la oportunidad para deslustrar la imagen de las personas que participan de una u otra manera en el manejo de los destinos de la nación.
Es mucho lo que sufren las personas y las familias cuando se cae en desgracia, pero más grave, cuando sin ser escuchado, juzgado y probado, se acaba con el prestigio y la honra de las personas; por el hecho de tener la primicia y con ello ganar rating, tan publicitado por algunas cadenas, cuando dicen: "Según el estudio nacional de medios". Pero cuando esas encuestas califican al Gobierno y su Presidente, para ellos no valen y son montajes.
La libertad de prensa en una democracia es vital, oportuna y definitiva. La oposición en una democracia es importante e irrenunciable, pero lo que sí se debe exigir es claridad, objetividad, la verdad y el respeto. El exceso de tolerancia es grave y va polarizando de una manera preocupante las diferentes instancias, que hacen pensar que nos vamos volviendo incrédulos, indiferentes, impacientes y hasta antidemócratas.
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