En estos días, haciendo la revisión tecnicomecánica, me informaron que mi vehículo tenía las luces desalineadas. ¿Cómo se corrige este daño y cuál es su causa? Carlos Piedrahíta.
Todos los vehículos, desde hace muchos años, tienen tres niveles de luces. El primero, las luces bajas, son los famosos cocuyos, alimentados con bombillos de baja iluminación, que permanecen encendidos al accionar el interruptor de las luces. Se usan en forma individual para estacionar el vehículo en lugares oscuros, donde se requiera indicar a otros su presencia.
Las otras dos luces se originan en las farolas delanteras, se usan siempre que el vehículo se encuentre en movimiento.
Las segundas se denominan luces medias. Su iluminación está orientada a la conducción en ciudad o cuando en carretera se tenga un vehículo circulando en dirección contraria. Su haz de luz tiene la característica de estar orientado hacia el suelo y, por tanto, no fastidia a los demás. Para producir este efecto el bombillo tienen su interior una lámina metálica que limita la salida de luz hacia arriba y todo el chorro se orienta en unos metros delante del vehículo.
Finalmente, el otro tipo de luz emitido por las farolas es la luz alta. Su chorro de luz se proyecta hacia adelante, tratando de obtener el máximo alcance posible. Su uso es útil en carretera, pues ilumina no solo muy adelante, sino también hacia los lados. Deben retirarse cuando circule un vehículo en sentido contrario, o cuando una señal de transito así lo requiera. El nivel de iluminación máximo está regulado por todas las autoridades.
Para que las luces alumbren de acuerdo a las normas, estas deben estar alineadas. Es decir, sobre todo las luces medias, deben tener un ángulo de iluminación tal, que no se queden cortas y solo alumbren unos pocos metros adelante o, por el contrario, estén tan altas que parezcan reemplazar las luces altas o de carretera. También deben estar orientadas hacia el centro del camino, con una ligera tendencia a iluminar más al lado derecho. Esta alineación se logra por medio de dos ajustes que tienen todas las farolas. Por lo general son dos tornillos: uno para orientar hacia arriba o hacia abajo y otro para corregir hacia los lados. Apretando o aflojando ambos tornillos de forma individual se logra tener las farolas en la posición indicada. Este procedimiento se realiza con la ayuda de una máquina que mide la intensidad de la luz emitida y la dirección en la que sale.
La causa más común de la pérdida de la alineación de las luces, es el cambio de una farola. Es frecuente hoy en día un pequeño choque que solo dañe una farola. La solución es ir al almacén y comprar una farola e instalarla: problema resuelto. A veces lo hace uno mismo, un familiar o hasta el empleado del almacén que la vendió. Pero nadie se acuerda que la lámpara debe ajustarse de los tornillos ya mencionados y por tanto permanece así hasta que en una revisión aparece el desperfecto. También un pequeño golpe en la farola, así no reviente el transparente, hace que pierda la alineación.
Recuerde entonces, cuando lleve su vehículo a una alineación de dirección, pida que le revisen la alineación de las luces. Es por su seguridad y la de los demás.
*Ingeniero mecánico y gerente de Autotest S.A.
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