Leo Messi salvó al Barcelona en el descuento del partido ante el Athletic Club en San Mamés con el que fue su primer gol en el campo bilbaíno, el que ha estableció el 2-2 final de un choque en el que los locales se adelantaron dos veces, por medio de Ander Herrera y de Gerard Piqué, en propia meta, y le Barça igualó en primera instancia con tanto de Cesc.
El argentino salvó con esa aparición final uno de sus partidos más irrelevantes, aunque siempre dispuesto a amenazar a un rival que tuvo un comportamiento que rozó lo heroico. Como también el Barcelona sobre un terreno en juego que, por el diluvio, exigió como pocas veces exige en los últimos tiempos un campo a los jugadores.
Sin la victoria, lo que le deja a tres del Real Madrid en la tabla, el Barça regresa a casa con el récord de imbatibilidad de Víctor Valdés en 898 minutos.
El Athletic, muy decepcionado por ese tanto ya en el alargue, jugó un partido memorable y aumentó a diez los partidos sin perder, siete en Liga y tres en Liga Europa.
De inicio, pequeñas sorpresas. Algunos matices, como la ubicación de Muniain en la banda derecha de la delantera o la presencia de Mascherano en el centro de la defensa visitante ante lo exigente que le podría ser el partido ahora a Puyol un campo que no dejó de recibir lluvia en los dos últimos días.
Pero también había novedades de calado. Las ausencias en el Barça de Villa y el canterano Isaac Cuenca, dejaron su sitio a Cesc y Adriano.
Con esa disposición, Javi Martínez de central y los dos equipos buscando lo mismo, presión al rival, posesión y rápidas combinaciones se alternaron las primeras llegadas, de Adriano, Herrera e Iniesta, sin demasiadas ocasiones.
Tuvo que ocurrir algo fuera del guion para que llegara la primera oportunidad de relevancia, que derivó en el primer gol. Un resbalón de Mascherano permitió a Susaeta profundizar por su banda y encontrar a Herrera en la frontal para que el exzaragocista buscara al ángulo por el cual colocar el balón fuera del alcance de Valdés.
Ese gol dejó en 898 los minutos de imbatibilidad del guardameta del Barcelona.
Un par de acercamientos azulgranas sirvieron para que Iraizoz empezara a ser de los destacados y anunciar el empate. Más propio, por cierto del Athletic que del Barça. Abidal sacó un centro casi increíble desde la banda izquierda y Cesc conectó un cabezazo a la escuadra que firmaría Fernando Llorente.
De nuevo con las cosas como empezaron, Iniesta se encontró con Iraizoz en una oportunidad clara, a pase de Messi, y Muniain llegó a la portería que vio muy bien Herrera.
Con la hinchada en el estadio de San Mamés enfadada por un agarrón de Adriano a Iraola en el que entendió penalti y un fuera de juego que no consideró tal cuando Susaeta se iba solo por la banda izquierda se llegó al descanso.
Tras volver de vestuarios, a los 5 minutos, Iniesta estuvo a punto de aprovechar un pase de Iraizoz que frenó lo anegado del campo.
A partir de ahí, el choque entró en el terreno de la épica. El Athletic para mantener dormitando el enorme poderío blaugrana, el Barça para doblegar al rival y los dos equipos para imponerse a un terreno de juego que hacía de cada golpeo de balón una hazaña.
En esas, y ya llegando al tramo final del choque, el Athletic cobró un tiro de esquina, la defensa visitante no despejó, el balón dio en Llorente y tras tocar en Abidal, Piqué desvió contra su meta.
Y cuando todo parecía terminado, con San Mamés en éxtasis despidiendo como héroes a Muniain y Llorente, llegó el tanto de Messi, al que colaboraron errores graves de Iturraspe, al inicio de la jugada, San José e Iriazoz, éstos con un mal entendimiento que dejó el balón en las botas del astro argentino.