Por las circunstancias actuales, me veo forzado a escribir sobre el tema de los candidatos a las posiciones ejecutivas en Medellín y en Antioquia.
La ética, que según el asesor de Luis Pérez Gutiérrez, "es solo para los filósofos", ha llevado al candidato a la Alcaldía de la ciudad a mentir en temas tan importantes como es el de las Empresas Públicas de Medellín.
La opinión, en buena parte, ha caído en la trampa de creer que Aníbal Gaviria piensa vender a particulares las Empresas Públicas de Medellín, con el argumento de que así como quería vender la Fábrica de Licores de Antioquia, así va a hacer con EPM.
Esa es una mentira, y el que dice mentiras, así sea una sola, es un mentiroso. Un alcalde de Medellín, y de ninguna parte, puede faltar a la ética y decir mentiras para seducir incautos.
Veamos: si recordamos la batalla que se dio para no entregarles el proyecto "Pescadero Ituango" a coreanos o japoneses o chinos o a firmas de otros países, con detrimento para las finanzas y el futuro de Medellín, de Antioquia y de EPM, esa batalla se dio en compañía de Aníbal Gaviria, y en contra de quien es hoy candidato a la Gobernación de Antioquia y del señor gobernador. Es absurdo ahora creer que quien defendió a nuestra empresa, ahora la vaya a vender.
Quiero retomar el tema de la FLA y compararlo con la venta del antiguo Ferrocarril de Antioquia.
En aquella época se presentó mucha oposición a la venta de nuestro ferrocarril, pero hay que recordar las circunstancias en que se hizo y ver los beneficios para el departamento que esa venta nos trajo.
El Idea, que tanto bien le ha hecho al departamento y a todos sus municipios, se creó con los dineros provenientes de esa venta. Las circunstancias mostraban que lo mejor era venderlo en esos momentos de incertidumbre para el futuro de los ferrocarriles del país.
La navegación por el Magdalena se estaba acabando por el descuido en el mantenimiento del río.
Puerto Berrío, sin el funcionamiento del río, perdía importancia como puerto de transferencia de carga. El ferrocarril de Antioquia, sin el puerto funcionando y ante el descuido nacional por mantener en buena forma el funcionamiento de los Ferrocarriles Nacionales, no tenía futuro.
Se vendió, se creó el Idea con todos sus beneficios, desaparecieron los Ferrocarriles Nacionales, se perdió la navegación por el río Magdalena y Antioquia no perdió lo que había podido perder si no hubiera vendido su ferrocarril a tiempo.
El tema de la FLA, que es tan importante, lo dejo para un próximo artículo porque hoy, con esas mentiras, adquiere importancia.
Ocupémonos ahora de lo que ha pasado con las Empresas Públicas de Medellín cuando el candidato mentiroso fue presidente de su junta.
Ha sido el único período del alcalde por elección popular en el que hubo tres gerentes de EPM por querer hacer política con esa gerencia y con las Empresas orgullo de la región.
Se presentó el escándalo por la compra de una vajilla y salió la gerente como chivo expiatorio. En cambio, el presidente de la junta, responsable de lo que en esa junta se apruebe, siguió tan campante sacrificando a su funcionaria.
Un viaje en avión expreso pagado por EPM para ver la generación eólica de energía, en compañía de unas damas, pasó como si nada hubiera sucedido. La compra de 200 mil computadores con recursos de la fundación EPM terminó en la venta de esos aparatos de mala calidad a particulares en esta ciudad y en el Eje Cafetero. Esto se hizo a pesar de los estudios de los funcionarios de las empresas que recomendaron comprar solo ochenta mil, si mal no recuerdo.
Ahora, el candidato de la no ética, dice que va a borrar uno de sus mayores errores, como fue acabar con Mi Río, creando un nuevo ente, Nuestro Río, con el tres por ciento de las utilidades de EPM. Se le ocurre seguir esquilmando a la empresa cuando ésta le pasa al Municipio el porcentaje de las utilidades fijado por acuerdo del Concejo de la ciudad. Esto es esquilmar a las Empresas Públicas de Medellín. Esto sí puede llevarnos a acabar con EPM.
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