Tal parece que el robot Curiosity que hace año y medio explora Marte tendrá que entrar a pits. Ingenieros de la Nasa estructuran el chequeo de las seis ruedas del sofisticado vehículo por el desgaste y polvo acumulado en su recorrido marciano.
En las próximas semanas el robot será conducido a un terreno más suave para fotografiar con su brazo robótico las seis ruedas de aluminio.
“Queremos hacer un inventario de la condición de las ruedas”, expresó en un comunicado Jim Erickson, director del proyecto en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la Nasa en Pasadena, California.
“Parece que la cantidad de desgaste se ha acelerado en los últimos meses”, agregó. “Puede tener relación con la conducción sobre terreno áspero y pedregoso”.
Las ruedas están hechas para soportar un daño importante sin afectar la capacidad del robot de recorrer la superficie. “Pero queremos entender el impacto que este tipo de terreno tiene en ellas para planificar futuros recorridos”.
Las rutas podrían ser escogidas reduciendo las rocas afiladas y otro terreno duro.
Los ingenieros también terminaron de actualizar el software del Curiosity, la tercera vez que lo han hecho desde agosto de 2012 cuando descendió sobre el cráter Gale.
Esta versión mejora la capacidad de usar el brazo robótico en las faldas, lo que pondrá en práctica cuando llegue a a la base del monte Sharp que se alza 5,5 kilómetros sobre el cielo marciano en el centro del cráter, lo que logrará a mediados de 2014.
Ese monte es el principal destino del explorador. Se espera que escale la ladera para conocer más de los cambios ambientales en el planeta y cumplir la meta central de la misión: determinar si Marte tuvo o ha tenido alguna vez vida microbiana, lo que ahora se cree pudo darse en Yellowknife, un sitio cercano al lugar donde inicialmente aterrizó el robot.
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