Bien lo dijo Julio César Maglione, presidente de la Fina: "Mantener una institución por espacio de 75 años no es tarea fácil". El dirigente uruguayo hizo ayer un alto elogio a la natación colombiana, con motivo de la celebración de los 75 años en una ceremonia de alto contenido emocional.
En las imágenes que acompañaron la ceremonia celebrada en el Hotel Radisson de Cali desfilaron vividos recuerdos que incluso hicieron soltar más de una lágrima de emoción a quienes estaban presentes y que han hecho parte de esta historia que se escribe grande a punto de brazadas.
El Tiburón González, uno de los primeros nadadores nacionales en competir en unos Juegos Olímpicos, a la vez que se presentaban las imágenes, era objeto del reconocimiento general por haber sido uno de los pioneros de este deporte en el país, con motivo de su intervención en 1948 al lado del fallecido Luis Child. Fue en 1939 cuando se fundo la Fecna, en Cali, después de que en 1915 Jorge Carulla hubiera traído la natación al país.
EL representativo grupo de ex nadadores que ayer desfilaron por aquí dejaron correr sus recuerdos cuando bien una foto, su nombre o la mención, se registraban en ese sólido recuento, como les sucedió a las internacionales Maria Fernanda Pérez, Liliana Cían, la paisa Isabel Ceballos y a los recordados Fernando Jacome y Camilo Becerra, al igual que Julio Arango y Tomás Becerra, el mejor atleta de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1970, en Panamá.
Y se juntaron varias generaciones de nadadores de carreras, polistas acuáticos como los hermanos Madrid y el presidente de la Liga de Antioquia, Óscar Vásquez; los saltadores, entre ellos el campeón mundial juvenil Alejandro Arias, quien sorprendió con su modestia y don de gentes.
"El deporte, por fortuna, nos reúne para celebrar el factor de integración social que se mueve alrededor de el. Hoy es el día de estar felices, de felicitarnos, porque la natación colombiana esta en progresión", resalto Maglione, quien fue homenajeado por su homólogo colombiano Edgar Iván Ortiz, el médico caleño quien hizo las veces de oferente de un encuentro que fue de festejo de la familia acuática, que se volvió a ver emocionada, tras el paso de los años y la distancia. Puro regocijo.