La Casa Blanca dijo este domingo que no espera hacer ningún anuncio antes del martes sobre algún posible plan que prevenga el posible desplome de la vapuleada industria automotriz estadounidense.
El senador republicano Bob Corker dijo después de hablar con la Casa Blanca el domingo que la administración "no sabe aún qué va a hacer" respecto a cómo mantener a flote a la industria automotriz.
Corker indicó que funcionarios del Departamento del Tesoro están revisando las hojas de balances de las empresas automotrices, pero agregó que tanto "Chrysler como General Motors están al borde de la bancarrota".
El gobierno del presidente George W. Bush está contemplando medios para dar ayuda de emergencia a General Motors Corp. y Chrysler LLC. Ambas compañías han dicho que podrían quedarse sin efectivo en unas cuantas semanas si no llega la ayuda gubernamental.
Ford Motor Co. ha dicho que tiene suficiente liquidez para mantenerse a flote durante 2009, pero también le pidió al Congreso una línea de crédito en caso de que las condiciones financieras se deterioren aún más.
La semana pasada, el Congreso rechazó un plan para otorgar un rescate de emergencia de 14.000 millones de dólares a las compañías automotrices.
El plan habría ofrecido ayuda financiera a corto plazo para las automovilísticas de Detroit y hubiera creado un supervisor del gobierno que se aseguraría que el dinero prestado sea puesto a buen uso y convierta a las empresas en compañías viables.
Tras el rechazo del Congreso al plan, un grupo de funcionarios dijo estar evaluando varias alternativas, entre ellas, usar dinero del plan de rescate de Wall Street _ de 700.000 millones de dólares _ para realizar préstamos al sector automotriz.
Corker y otros senadores republicanos pretendían que las empresas automovilísticas se comprometieran a ofrecer sueldos a sus trabajadores comparables con los que ofrecen compañías japonesas en Estados Unidos, como Toyota, Honda y Nissan.
El plan no resultó luego que los republicanos exigieron salarios más bajos y el sindicato de trabajadores del sector automovilístico se negó a ofrecerlos.
Corker pidió a la administración que pidiera concesiones similares a las empresas automovilísticas y sus sindicatos.
El gobierno estadounidense tiene varias opciones ahora. Puede usar el dinero del fondo del plan de rescate financiero de 700.000 millones de dólares o puede abstenerse de hacer cualquier cosa y esperar a que una de las firmas o varias acaben en bancarrota.
Sin embargo, la portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, dijo el viernes que el colapso del sector automotriz causaría "un impacto muy severo en nuestra economía" y sería "irresponsable" desestabilizarla.